Conferencia
“La Argentina que viene: El post kirchnerismo”
por el Dr. Vicente Massot
Vicente Massot es Doctor en Ciencias Políticas, profesor titular del doctorado en esa especialidad en la Universidad Catolica Argentina y de la UCEDA, Director Ejecutivo del diario “La Nueva Provincia”. Es un importante intelectual y escritor argentino. Ha publicado varios libros sobre filosofía, y la historia y realidad de la Argentina. Es un conocido defensor del estado de derecho y la democracia.
El Dr. Guillermo Lousteau y Helen Aguirre Ferré, presidente y directora, respectivamente del InterAmerican Institute for Democracy presentaron la conferencia "La Argentina que viene: El post kirchnerismo" del Dr. Vicente Massot.
El Dr. Massot comenzó su exposición asi:
Hay muchas formas de abordar el tema que nos ha convocado el curso de esta mañana, porque reseñar lo que significa el “post kirchnerismo”, de alguna manera supone dos cosas: por un lado explicar, aunque sea a vuelo de pájaro, cuál es la naturaleza del fenómeno kirchnerista y al mismo tiempo tratar de anticipar lo que puede llegar a suceder en mi país a partir del 2011.
Con una audiencia tan calificada como la presente, pero al mismo tiempo que no está en autos, al menos no toda, de los detalles de la política Argentina, he creído que la manera más pertinente de iniciar la charla es pasar revista brevemente a lo que yo llamaría la estructura de la Argentina Política, para de ahí, de lo general incursionar en lo particular. Hacer mención a qué significa el fenómeno kirchnerista y luego un breve pronóstico en punto al futuro.
Para mí hay cuatro elementos o cuatro características o si ustedes prefieren, cuatro fenómenos que esencializan a la Argentina desde hace muchos años, que no son, por supuesto, un invento del señor Néstor Kirchner, que se arrastran al menos desde hacen cinco o seis décadas y que condicionan la vida política Argentina.
Primero: la Argentina carece de instituciones, lo que tiene son “hombres providenciales” , déjenme que enumere estos cuatro factores y después hago una breve referencia a cada uno de ellos, porque este es el telón de fondo sobre el cual después hay que ver cómo se mueven los distintos personajes.
Esto que yo llamo “la estructura” ha sido común al gobierno militar, a los gobiernos peronistas, a los gobiernos radicales, vale para Menem, para Duhalde, para Kirchner, para el que sea. No tiene Instituciones, tiene hombres providenciales.
Segundo: Es una sociedad civil proverbialmente mansa, la mansedumbre, digo yo que es la primera ley sociológica de la República Argentina.
Tercero: Siendo así y como derivación natural de lo que acabo de decir, la Argentina tiene una democracia que es delegativa y carece de una república sólida.
Cuarto: Ninguna fuerza, movimiento o partido en la Argentina, está en condiciones de ganar una elección presidencial, pero lo mismo valdría para las legislativas solo que son menos importantes y en todo caso en el 2011 hay una elección presidencial, más allá de lo legislativo. Ninguna fuerza, decía, está en condiciones de ganar una elección sola, se necesitan formar o forjar coaliciones electorales que después se traduzcan en coaliciones gubernamentales.
Diría que hay un quinto elemento que también debe ser puesto sobre el tapete y que no es otro más que la incidencia que tiene el peronismo, al extremo que yo diría que, si uno tratase de historiar lo que sucedió en Argentina los últimos setenta años, podría prescindir, estoy haciendo reduccionismo por supuesto, estoy exagerando y poniéndole un énfasis al tema, que si uno lo toma estrictamente, es falso, pero que arrastra una buena parte de verdad.
Uno podría dejar de lado a cualquier otra fuerza política y seguiría entendiendo a la Argentina, en la medida en que hiciese entrar en ese análisis al peronismo. Quiere decir que el peronismo es casi excluyente desde este punto de vista. No se puede pensar, para bien o para mal, yo no vengo acá a hacer ideología ni a transmitir lo que yo pienso sino tratar de hacer un análisis lo más objetivo posible, pero no se puede gobernar la Argentina todavía sin el concurso del peronismo.
Hecha la enumeración déjenme decirles dos palabras de cada uno de estos fenómenos so pena de que el análisis esté falto de unas aclaraciones que me parecen que son imprescindibles.
¿Por qué digo que no tenemos Instituciones y tenemos hombres providenciales? La voz Instituciones en el mundo latino, pero se me ocurre que también en el mundo anglosajón, pero sobre todo en el nuestro, adolece de cierta equivocidad, significa más de una cosa y no está mal que sea así. Buena parte de los términos que uno usa en política y en general en las ciencias sociales son equívocos.
Nosotros solemos privilegiar en la voz Instituciones lo que yo llamaría el perfil de igualarlo a corporaciones, entonces las instituciones son: la Cooperativa Obrera, la Iglesia Católica, el Senado de la Nación, un club de fútbol, etc.
En el mundo anglosajón las instituciones tienen mucho más que ver con el “rule of law”, hecha esa aclaración lo que no tenemos en la Argentina es esta última clase de instituciones, porque las instituciones se declaman pero nadie cree demasiado en ellas. Hablo desde ponerse el cinturón de seguridad y obedecer al semáforo hasta tener una moneda sólida. De lo menos importante a lo más importante.
Cuando un país carece de instituciones sólidas, cuando las declama pero en realidad nadie cree demasiado en ellas, el vacío que eso genera tiene que ser cubierto por aquello que la naturaleza tiene horror al vacío, la naturaleza política tiene doblemente horror al vacío. Y en la Argentina en los últimos setenta años lo que ha cubierto ese vacío son hombres providenciales.
De la Argentina uno podría escribir una vez más su historia de los últimos setenta años con arreglo a cuatro o cinco grandes biografías porque son los hombres de los cuales nos hemos enamorado políticamente y después desenamorado políticamente, a los que les hemos dado un espaldarazo fáctico fenomenal y después los hemos dejado en la indigencia política, quizás porque se lo merecían, cuando yo hablo de hombres providenciales no digo que sean buenos, pero el hombre providencial en la Argentina decide cualquier cosa y lo primero que han decidido en los últimos cincuenta años esos hombres providenciales es cambiar la Corte Suprema de Justicia, vean la calidad institucional de mi país.
Dos: La mansedumbre de una sociedad, un solo ejemplo. En el 2001 la Argentina sufrió una conmoción fenomenal, en donde la genta a la que le habían dicho tres meses antes que eran intangibles los depósitos, el famoso “uno a uno”, convertibilidad de Menem y de Cavallo, los mismos que les dijeron que eran intangibles después obraron una serie de medidas que se la terminaron robando. No digo quien se lo robó pero la gente se quedó sin los ahorros de toda una vida.
¿Qué pasó en la Argentina con el corralito y el corralón? Así les decíamos a esas experiencias, uno no podía sacar plata, la plata de uno estaba vedada sacarla. Como decía un español: “Hombre, por eso hacemos una guerra civil en España”. En la Argentina le pegaron a cuatro o cinco políticos, rompieron cincuenta vidrieras, quemaron unas cuantas gomas en la calle, no pasó nada más. Es una sociedad muy mansa y como es muy mansa la democracia que tenemos es una democracia delegativa. Los ciudadanos entre comillas, vamos, ponemos el voto y nos desentendemos de lo que sucede y le dejamos al hombre providencial que decida los asuntos públicos por los próximos cuatro años.
Dicho esto, no creo que requieran demasiadas precisiones las últimas dos características, por las razones que fuesen sería largo de apuntar pero de todas maneras tómenlo como un dato. Ni el peronismo, ni el radicalismo, ni ninguna otra fuerza están en condiciones de ganar una elección, sola.
Menem ganó forjando una coalición social y política muy curiosa que contradecía toda la historia del peronismo. Kirchner, vamos a hablar ahora hizo otro tanto en una coalición, estrictamente quizás, para un politólogo como yo el término no sea coalición pero por una cuestión de economía de términos déjenme que utilice la palabra porque nos entendemos, es fácil calibrar qué es una coalición. Kirchner forma una coalición aún más novedosa que la de Menem y le dura seis años.
El último dato es el peronismo, setenta años de historia, lo que demuestran, una vez más, sería imposible reseñarlo acá, es que uno puede gobernar casi con cualquier fuerza, no puede tener un peronismo en la oposición dispuesto a quitarle su esfuerzo al gobierno de turno porque eso termina mal.
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