El Gobierno exprime las reservas y ahora pone la mira en otras cajas

martes, 11 de mayo de 2010

Por Alcadio Oña


Parece evidente, ya, que el plan del Gobierno es tirar con el DNU de las reservas por lo menos hasta agosto. Y exprimirlo a full, liberado de las trabas que había impuesto la Justicia.


En Diputados, la oposición logró tumbar el decreto. Y en el Senado, el oficialismo impuso una ley que es un calco del DNU. Está claro que el Senado no convalidará el rechazo de Diputados, tanto como que esta Cámara tampoco aprobará la ley de la otra. Es un empate que, en el mientras tanto, mantiene abierto el uso de las reservas del Banco Central.

Agosto no es un plazo casual, en la estrategia del Gobierno. Ese mes vencen 2.744 millones de dólares con acreedores privados. Con eso, más lo que pagaría hasta entonces, la consultora ACM calcula que hacia el tercer trimestre se habrán gastado reservas por US$ 3.592 millones. Todavía quedan casi 1.000 millones del DNU, y la ventaja de que las obligaciones aflojan fuerte durante el resto del año.

En los planes de Amado Boudou figuraba, además, la posibilidad de reprogramar al menos parte de los US$ 2.744 millones, a través de un bono a más largo plazo. Significaba mayor holgura para las cuentas fiscales y el gasto público, pero el tembladeral internacional, o la volatilidad del mercado, pueden voltear ésa y otras intenciones del Gobierno.

Puesto de otra manera: el riesgo es que la Argentina deba afrontar tasas de interés considerables, si sale a buscar plata en las actuales circunstancias.

En el mismo escenario entran los US$ 1.000 millones que se pensaban colocar apenas después del canje de la deuda. Está a la vista que si esa operación se hiciese hoy, la tasa resultaría bastante mayor al 9,5 % que tolera Néstor Kirchner. Incluso, algunos bancos que iban a entrar habrían decidido borrarse.

Es altamente probable que el Gobierno desista finalmente de salir al mercado, con un costo que anda por el 14 %. Así, se caería uno de los argumentos oficiales que apuntalaban la movida del canje: que serviría para que la Argentina "vuelva al mundo" y el sector privado logre tasas de interés razonables para proyectos de inversión.

En verdad, todo lo que había detrás era financiamiento para el Estado Nacional y los planes del kirchnerismo.

También entran en zona de riesgo los fondos que varias provincias planean buscar en el exterior. Prueba de las urgencias fiscales del interior, hay unos US$ 2.000 millones en juego. Sin duda, una ayuda es la refinanciación de las deudas con la Nación anunciada ayer: también representa menos recursos para el Gobierno.

El canje sigue siendo atractivo para los bancos y fondos de inversión que, con buena información, se habían adelantado a comprar bonos en default a precios de remate y ahora harán diferencias considerables. Pero quedó en evidencia que la demora en organizar el programa completo jugó en contra del Gobierno.

Todo el mundo sabía que cuánto más pronto se hiciera, menores serían los riesgos. Y eso acaba de corroborarse con la crisis de Grecia y sus coletazos.

Pocas semanas atrás, aquí se daba por descontado que el canje de la deuda iba a arrojar una adhesión de por lo menos el 75 %, aunque, para cubrirse o resaltar el "éxito", Boudou hablaba de un 60 %. Probablemente, el resultado final no se aleje del 75 %, aunque el tembladeral internacional es un factor que mete cierta tensión.

Previsor para algunas cosas, ahora se prueba útil la decisión de Kirchner de echar mano a las reservas del Banco Central para pagar la deuda. Claro que la jugada sólo cuenta durante este año, a menos que intente una igual en 2011 o vaya por otras cajas.

Aun cuando es de magnitud relativamente menor, hay una que aparece en el proyecto de reforma financiera presentado por Carlos Heller, un diputado K que preside el banco Credicoop: es el Fondo de Garantía de los Depósitos. Según esa iniciativa, serán transferidos al Estado Nacional "los dineros y activos que integran" esa caja. Y se faculta al Banco Central a "administrar y disponer de dichos dineros y activos".

Allí habría unos 1.100 millones de dólares, que con topes garantizan los plazos fijos de las personas. Es inevitable trazar paralelos entre esta alternativa y cualquiera de las que ya se aplicaron.

En 2011 no habría DNU de las reservas para los acreedores privados. Ni el Central tendrá disponibles, como este año, utilidades por $ 23.500 millones. Quedarán la ANSeS, el Banco Nación, el PAMI y otras cajas que se exprimen a todo trance. Y también vencimientos de la deuda por alrededor de 15.000 millones de dólares.

Y si el crédito externo continúa caro e inaccesible, todo será, al fin, bastante más apretado. Se entiende, más apretado para las aspiraciones del kirchnerismo.

El oportunismo, la capacidad de anticipación, son virtudes apreciadas en cualquier financista. Por defecto propio o ajeno, el ministro de Economía no puede acreditarlas a su cuenta.

Entre otras cosas que lo han dejado mal parado, una fue el haberse jactado por la baja del riesgo país argentino. Mala palabra hasta hace poco, era la bandera que Boudou levantaba cuando se lanzó el canje. Durante la semana pasada, con la crisis europea a pleno, esa medida del costo del dinero aumentó un 18 %. Puede retroceder, pero ya no sirve como para andar pavoneándose demasiado.

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