Por Rosendo Fraga
La elección de Kirchner como secretario general de Unasur no modifica su prioridad por la política interna. El miércoles estará en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, presidiendo un acto del peronismo local; el jueves hará otro tanto en la capital de Córdoba y el viernes en Santa Cruz, donde estará en el primer acto político público desde que en 2007 la capital provincial fuera escenario de fuertes protestas callejeras contra el oficialismo local y nacional.
Hasta la oposición -como la diputada Graciela Camaño del PJ disidente- dice que Kirchner presidirá Unasur, cuando en realidad sólo es su secretario general, dado que está presidida en forma rotativa cada seis meses por uno de los doce presidentes que la integran.
La primera función del flamante secretario general sería lograr que cinco países más ratifiquen el Tratado de creación, dado que se requiere la ratificación parlamentaria de nueve y solo lo han hecho cuatro. La paradoja es que la Argentina no lo ha ratificado todavía en Diputados y lograrlo en su propio país sería la primera misión de Kirchner.
El Congreso, y en especial la Cámara de Diputados, es un ámbito complejo para el Ejecutivo. Aun así, la semana pasada no ha sido tan mala para el oficialismo. En el Senado, por 41 a 29 votos, logró la aprobación de la llamada ley Verna, que autoriza el pago de deuda con reservas, registrándose la curiosa abstención de la senadora Hilda Duhalde, cuyo esposo al mismo tiempo dio una de las declaraciones más duras contra Kirchner de los últimos tiempos.
Pero en Diputados, por 144 votos se remitió a Comisión la reforma del impuesto al cheque, que anticipa su sanción definitiva en la Cámara Baja, lo que obligaría a vetar al Ejecutivo, algo que éste quiere evitar.
También rechazó -por 117 a 93 y 12 abstenciones- el Decreto 1953 para el pago de deuda con emisión de bonos. En cuanto a la media sanción del matrimonio gay, los bloques votaron divididos, aunque en el oficialismo hubo leve mayoría a favor y en la oposición sucedió lo contrario.
Kirchner concurrió a votar a favor, buscando así ratificar su alianza con sectores de izquierda. Este proyecto se demorará en el Senado y podría no ser tratado. En la semana que se inicia, la oposición tratará de lograr que se integren efectivamente las comisiones de control bicameral, lo que el oficialismo viene demorando.
Es en la Justicia donde el kirchnerismo está librando su batalla política principal. En mayo se intensifica la presión del oficialismo -tanto privadamente como en la calle- sobre la Suprema Corte, para lograr que ésta declare la vigencia de la ley de medios, suspendida por varios fallos de primera y segunda instancia.
Lo mismo sucede con el ADN de los hijos de la dueña de Clarín, cuyo juez ha cambiado. Mientras tanto, el oficialismo avanza desde el Estado aumentando el monto de la publicidad oficial y dirigiéndola hacia los medios privados propios; desarrollando iniciativas gratuitas como la TV digital y el wifi para todos, que buscan limitar los negocios del sector privado, y financiando a los militantes kirchneristas en la web.
Al mismo tiempo, avanzan en la Justicia causas judiciales que afectan al oficialismo por corrupción. El pago de sobornos en los negocios bilaterales con Venezuela es la que, por ahora, puede tener mayor impacto político, al mismo tiempo que ex kirchneristas santacruceños (Acevedo y Arnold) acusan al ex Presidente y al ministro de Planeamiento e Infraestructura por diversas irregularidades.
Pero es en el empresariado donde el oficialismo ha recuperado más poder. La negativa de importantes entidades empresarias a debatir un documento sobre la pobreza, puso en evidencia, ya hace varias semanas, que el empresariado sigue respondiendo a las presiones del Gobierno.
La reunión de la cúpula de AEA -la entidad empresaria integrada por las 54 empresas mas importantes del país- con el Presidente de la Corte, llevó al oficialismo a lanzar una ofensiva sobre la entidad, por la cual ya han renunciado a ella cuatro empresas y en los próximos días lo harían varias más.
En el empresariado se cree que Kirchner puede ganar en 2011 y esta es la causa de esta actitud de alineamiento político, aunque paralelamente tiene un activo diálogo con Duhalde.
Mientras tanto la Iglesia mantiene una posición crítica, como lo mostró Monseñor Bergoglio al convocar a votar por candidatos que sean transparentes y honestos y el campo retoma las protestas, convocando a manifestaciones para el 25 de mayo en todos los puntos del país en los cuales hubo piquetes dos años atrás.
En lo político, la oposición sigue siendo predominante, aunque la división dentro de ella también lo es. En cuanto al PJ, la declaración del gobernador de Salta (Urtubey) -alineado con el oficialismo- de que puede haber candidatos mejores a los Kirchner, es una manifestación de la dualidad existente en esta fuerza política.
La refinanciación de la deuda de las provincias con el gobierno nacional, anunciada por la Presidente, apunta a mantener el alineamiento de los gobernadores con el gobierno nacional.
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