Eduardo Van der Kooy plantea que "después de lo visto y lo vivido en la fiesta popular del Bicentenario, uno inevitablemente se hace una pregunta sobre la Argentina: ¿Está viviendo una tregua o quizás esa celebración es el comienzo de algún cambio social, político o institucional, por qué no, que está reclamando la Argentina?".
El segundo punto es que esa participación social no tuvo ningún momento de debilidad política, de rispidez, de confrontación, de pelea. Me parece que la sociedad estuvo varios escalones por encima de la política y por encima de la clase política.
La celebración popular, de alguna manera, enterró cuestiones políticas que ocurrieron, porque la pelea entre Macri y Cristina Kirchner ocurrió, la ausencia de la Presidenta en el desfile militar, la ausencia de los ex presidentes o la ausencia de Cobos en la cena de gala en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
Estas discordias políticas existieron pero fueron ocultadas por la enorme participación y acompañamiento social. Y volvemos al comienzo: ¿Esto es una tregua y la semana que viene volveremos a la rutina de la pelea cotidiana, del enfrentamiento, de la descalificación, o esto es la posibilidad del comienzo de un cambio político en la Argentina? Habrá que verlo, pero por lo pronto para que ese cambio exista, los principales responsables, que son los dirigentes, deben estar convencidos de la necesidad de ese cambio, y allí radica, por ahora, la gran duda.
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