Oyarbide no tendría pruebas y Macri prepara el contraataque

sábado, 8 de mayo de 2010

 

Por Ignacio Fidanza

El macrismo vive por estas horas un clima de euforia. La indagatoria del jefe de Gobierno los terminó de convencer que el juez Oyarbide no tiene ningún prueba sólida para conectar a Macri con el espionaje porteño. Ahora intentarán pasar a la ofensiva y trabajar la teoría del “complot”. El primer blanco será el espiado dirigente de la Amia, Sergio Bustein, a quien vinculan con Aníbal Fernández. La cumbre en San Telmo con Durán Barba y la estrategia para llegar a la Rosada.

Lunes y martes el macrismo orilló el pánico. Hubo cumbres cruzadas y reuniones a puro nervio. Se plantearon escenarios de crisis y diversas alternativas de respuesta política y mediática. Las versiones iban desde que Oyarbide tenía grabaciones de charlas entre Macri y el espía Ciro james, a escuchas a la ex mujer del jefe de Gobierno Isabel Menditeguy.



El miércoles Macri declaró ante Oyarbide. Fue un tramite extenso que comenzó a las 10 y terminó por la tarde y que obligó a ir a un cuarto intermedio después del mediodía. Una tortura para la paciencia del jefe de Gobierno que no tolera compromisos largos.



Los abogados Santiago Feder y Ricardo Rosental lo acompañaban y que junto a Alejandro Carrió –ausente en el tribunal-, fueron los autores del escrito que Macri presentó al juez anticipándose a todas las preguntas posibles. La lectura de la transcripción indagatoria es recomendable (ver documento adjunto) porque explica la visible euforia de Macri en la conferencia de prensa que brindó luego de declarar.



Oyarbide no presentó ningún ancho de espada oculto, ni grabaciones de Macri hablando con Ciro James ni ningún otro elemento que reforzara la presunción del magistrado que ubica al jefe de Gobierno como cabeza de una asociación ilícita dedicada a espiar a la gente.



El juez se basó entre presunciones para vincular a Macri con als escuchas:



a) Macri le dio a Ciro James el número de teléfono de su cuñado Daniel Leonardo para que lo espíe.



b) Macri se “valió” de la Policía Metropolitana para espiar a la gente.



c) Luego de retirar los cassettes con las escuchas a Leonardo, la antena del Nextel de Ciro James se activó en Barrio Parque, exclusiva zona donde vive el jefe de Gobierno.



Y eso es todo lo que mostró Oyarbide. Es oportuno aclarar que si tenía alguna otra prueba de cargo estaba obligado a mostrársela. Un juez no puede procesar a un imputado en base a elementos que no fueron exhibidos en la indagatoria. De manera que la fantasía de que Oyarbide está “guardándose” la bala de plata, por ahora es sólo eso, una fantasía.



Lo que no quita que quienes “regulan” la evolución de esta causa, pongamos el kirchnerismo, si tengan más pruebas que podrían salir a la luz en el momento oportuno (acaso más cerca de las elecciones presidenciales).



Pero veamos las pruebas contra Macri. Respecto a la primera acusación, el jefe de Gobierno se limitó a reiterar que no conocía a Ciro james así que mal pudo facilitarle el teléfono de su cuñado. Respecto a que se “valió” de la Metropolitana, señaló que al momento de las escuchas esta fuerza todavía no existía. “Pero estaba en las gateras”, le respondió el juez. Y sobre la última acusación, que Oyarbide dramatizó mostrando un “esquema” en el que se veían las antenas “Palermo”, Salguero” y “A.C.A.” de Nextel, todas de Barrio Parque, Macri volvió a pedir al magistrado que se remitiera a las palabras de su padre.



Es que como todo el mundo sabe, la casa histórica de la familia Macri y en la que sigue viviendo Franco Macri, está ubicada en Barrio Parque. Y el patriarca de la familia tuvo el buen gusto de reconocer el domingo previo a la declaración de su hijo en una imperdible entrevista con Any Ventura para La Nación Revista, que él había pedido que espíen a su cuñado porque quería un “perfil” del matrimonio de su hija. Tema para algún sicólogo de familia, que por las dudas, el propio Franco se encarga de aclarar en la nota que “no cree” en la sicología.



La brigada macrista


Con escaso sentido común, pero buen gusto gastronómico, la plana mayor del macrismo no tuvo mejor idea que reunirse este mediodía en una tradicional parrilla de San Telmo de nombre inoportuno: “La Brigada”. En el primer piso de este agradable boliche –que tuvo mejores épocas pero se sigue defendiendo con delicatessen como los chinchulines de chivito y la carne cortada a cuchara-, Horacio Rodríguez Larreta, Néstor Grindetti, Estéban Bullrich, Diego Santilli y Marcos Peña, entre otros, escucharon al incombustible consultor Jaime Durán Barba.



“No vamos a un contrataque a partir de ahora lo que viene es un ataque”, afirmó a La Política Online uno de los comensales. Con el alivio de que no existe –al menos por ahora- ninguna prueba “irrefutable” que vincule a Macri con las escuchas, ahora se profundizará la teoría del “complot” kirchnerista y la estrategia consiste en demostrar que se trató de una causa “armada” desde el inicio por Jaime Stiusso.



Se trata del todopoderoso hombre de la Side, que si verdaderamente fue el ideólogo de este coctel que mezcló a Macri y sus ministros con jueces misioneros, cuñados manosantas, ex policías y universidades del Conurbano, merecería del kirchnerismo una condecoración en pleno Salón Blanco, al menos por la creatividad.



Como sea, en el macrismo creen que el eslabón débil de la causa hay que buscarlo en su inicio. El dirigente de la Amia Sergio Burstein, primer espiado que inició el caso. “Hay una llamada probada en la causa de tres minutos de Ciro James a Burstein, el juez dice que fue porque quería confirmar su número de celular para pincharlo y que se extendió porque se hizo pasar por un vendedor, suena al menos extraño”, afirmó a LPO uno de los hombres de Macri que diseña el contrataque.



“Bustein dice que hizo la denuncia porque su hija recibió un llamado anónimo alertandola que estaban espiándolos. Sin embargo, en la causa no hay ningún llamado ese día que se corroborre con un locutorio y en el supuesto locutorio desde donde se lo llamó no hay registrado ese día ningún número que coincida con la casa de Burstein”, agregó la fuente, que no se privó de mencionar las excelentes relaciones de este dirigente de la AMIA con Aníbal Fernández.



La decisión de apuntar a Bustein no es ociosa. De las ocho escuchas de la causa, seis son muy difíciles de vincular a Macri, la de Leonardo ya está asumida por Franco, de manera que es el dirigente de la AMIA el eslabón que todavía sigue soldando a Macri a la asociación ilícita.



Paty no te quiero



En el plano judicial el macrismo centrará la mira en el camarista Jorge “Paty” Ballestero. Este juez junto a Eduardo Freiler y Eduardo Farah integran la Sala I de la Cámara Federal que supervisa la actuación de Oyarbide y hasta ahora viene avalando su trabajo.



“Farah y Oyarbide son lo mismo y están en plena sintonía con Stiusso”, arriesgó ante LPO una fuente del macrismo. Lo que sorprendió es la actitud de Ballestero. Es que el voto de este juez fue clave para que la Cámara rechazara la recusación planteada por Montenegro contra Oyarbide. A favor de la recusación votó Eduardo Freile, uno de los camaristas más respetados del fuero.



La sorpresa con Ballestero fue por partida doble. Por un lado, es conocida su amistad con Montenegro. Y por el otro, fue precisamente Oyarbide quien años atrás encarceló a su hermano Julio “Coco” Ballestero, que trabajaba en el estudio de Mariano Cúneo Libarona, involucrado en el escándalo del famoso affaire del video que este último le mostró al entonces juez de la Amia, Juan José Galeano.



“Lo tienen que haber apretado con algo muy duro para que “Paty” se diera vuelta así”, fantaseaban en el macrismo, dudando de la “libre convicción” haya sido la que motivo el fallo del camarista.



Una vela al peronismo



Convencido que superó el obstáculo más grave en su camino a la Casa Rosada, Macri ahora redoblará sus recorridas por el país con la excusa de “fortalecer” al PRO, pero en rigor preparando el terreno para la negociación final que palpita deberá mantener con sus eventuales aliados.



Esto es Francisco de Narváez, Eduardo Duhalde y Felipe Solá. “Obvio que Mauricio no piensa esa pavada de que el peronismo lo va a venir a buscar, pero si cree que a la hora de la verdad se van a mirar las encuestas y el que esté mejor posicionado será el candidato, si las negociaciones llegan a buen puerto”, sintetizan en su entorno.



De Narváez acorralado por arriba por la negativa de la Corte Suprema y por abajo por su propia estructura política que lo quiere compitiendo la gobernación; Duhalde y Solá sin despegar en las encuestas; es la foto que hoy que entusiasma al macrismo. En el medio de esta imagen y las elecciones, la impredecible Argentina.

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