Por Alfredo Leuco
Las balas de la justicia pican cada vez más cerca de Néstor Kirchner. Las sombras de la corrupción lo van rodeando. La realidad de sospechas de coimas bolivarianas, dinero sucio para la campaña de Cristina y enriquecimiento ilícito se transformó en su principal oposición. Ni “la concentración mediática” ni el resto de los partidos políticos han inventado nada. A lo sumo aprovechan la corriente para multiplicar el daño que le producen al oficialismo y, para que no se apague, avivan el fuego que va quemando a los Kirchner.
Lo más grave son los expedientes en los que todos los caminos conducen a Kirchner y no a Roma. En la ruta del dinero hay dos avenidas que tienen nombre y apellido: Claudio Uberti y Héctor Capaccioli.
Las millonarias valijas repletas de retornos venezolanos y los aportes ilegales de la mafia de los medicamentos tienen solamente un escalón superior antes de llegar a Néstor. Julio de Vido y Alberto Fernández fueron los superiores jerárquicos de Uberti y Capaccioli respectivamente.
¿Esos dos ministros tan poderosos en la época que se está investigando podían ignorar lo que hacían sus amigos y compañeros de la primera hora? Porque Uberti es una pieza clave del kirchnerismo desde su génesis patagónica y Capaccioli fue la mano derecha, tesorero y recaudador de Alberto, el porteño que más temprano y durante mas tiempo acompañó a los actuales inquilinos de Olivos.
Si se sigue tirando de la cuerda la pregunta que sigue es: ¿Podría Néstor Kirchner, un jefe que hiperconcentra el poder y las decisiones desconocer lo de Venezuela y las donaciones para la campaña de su esposa? Si Mauricio Macri va a ser procesado por los delitos cometidos por Ciro James, empleado de un ministerio, ¿Qué puede esperar Kirchner cuando su poder entre en el ocaso?
Hay periodistas colaboracionistas que prestan su voz y su firma porque son aptos para todo servicio. Algunos lo hacen por convicciones ideológicas y otros por negociaciones incompatibles con la función de periodista.
En su sobreactuación quedan salpicados para siempre porque una cosa es defender un proyecto político y otra muy distinta es la complicidad ante claros casos de fraude con los dineros públicos de altos funcionarios millonarios que no pueden explicar su declaración jurada. Encima, todo periodista que tenga una mirada crítica se convierte automáticamente en un derechista destituyente y monopólico.
En el caso de Teodoro Petkoff ese rótulo se les complica. Es director del diario venezolano “Tal Cual” que tituló: “Un Korrupto en Unasur” con un fotomontaje de Néstor Kirchner llevando una valija desbordante de dólares al mas puro estilo Antonini Wilson.
Petkoff que caracterizó al político pinguino como “un ladrón de siete suelas” es un prestigioso intelectual y ex guerrillero comunista que fue diputado y candidato a presidente por el Movimiento al Socialismo del que fue fundador.
No tiene nada que ver con la derecha destituyente ni monopólica y sin embargo para él también las balas de la justicia pican cada vez mas cerca de Néstor.
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