Beatriz Sarlo analiza la política con Tenembaum

sábado, 24 de abril de 2010

La reconocida filósofa Beatriz Sarlo, de regreso de su viaje a España charla con Ernesto Tenembaum y asegura que "en el mundo no se banaliza la política como lo hace este país". El periodismo, los exabruptos de los principales políticos y el miedo a que los intelectuales hablen.



Ernesto Tenembaum -¿Estuviste en España?

Beatriz Sarlo -Estuve en Galicia y en el país Vasco.

ET –Hay como un proceso, en el peor sentido de argentinización de España, los debates se están dando de manera cada vez más dura, cada vez más ríspida, con cada vez más odio.

BS –Uno mira la televisión a la mañana mientras se levanta, se baña y se viste para ir a la actividad que lo llevó a España. Yo diría que no es comparable con lo que sucede en la Argentina. No hay un secretario de gabinete ni mucho menos el presidente de gobierno que esté saliendo por televisión a los insultos todos los días, en general es gente que está trabajando, o sea que no está en los medios lanzando improperios.

Incluso, el partido de oposición, si bien es un partido que no tiene un dirigente hábil, Rajoy no parece para nada un dirigente hábil, tampoco permite que las noticias de la mañana sean esas mesas que se acostumbran en la Argentina.

Por otra parte, en internet podemos leer El País o el ABC, y yo creo que no está tan banalizada la política como ha llegado a banalizarse acá. No hay un miembro de gobierno haciendo las cosas que hace Fernández.

ET –Es verdad eso, pero lo que yo más leo es, los domingos, El País y veo en algunos columnistas habituales del País como Javier Cercas o Javier Marías, o Rosa Montero inclusive, una creciente preocupación por el tono que se está dando el debate público ahí.

BS –Bueno, pero eso es así. Efectivamente, es muy probable que si uno recuerda hace 10 años en España o incluso en el momento previo a que los Pesoistas ganaran su última elección donde hubo muchas cuestiones importantes en debate, como ampliación de la ley de despenalización del aborto, el debate fuera mejor, entonces es lógico que la gente recuerde con nostalgia o con melancolía algo que era mejor en ese momento.

Lo que pasa es que yo, viniendo de la Argentina y acostumbrada a lo que uno escucha en la Argentina y lee en la Argentina, no lo veo parecido.

Incluso el caso de corrupción que estalló ahora y que es el que están juzgando, no está tratado de ese modo. Yo te diría que ese caso de corrupción no ocupa el lugar que Jaime ocupa en los diarios, y no porque me parezca mal que el juicio contra Jaime ocupe ese lugar sino porque me parece que desplaza otras cosas.

Hoy la cuestión de Gualeguaychú, yo estoy escribiendo sobre Gualeguaychú y hoy no la podía prácticamente encontrar en los diarios, es decir, la desplazó y es una cuestión fundamental, con mucha trascendencia para el futuro, creo que se resolvió muy bien en algún aspecto y no estaba, estaba Jaime por todas partes.

ET –De todo lo que ves de la realidad Argentina ¿qué es lo que más te preocupa? En estos días, por ejemplo, con el tema de los escraches a periodistas, mucha gente está diciendo “esto es sembrar vientos y no se sabe en qué termina”, puede terminar realmente mal con hechos… ¿Vos crees que es un camino, el que está transitando la Argentina? Estamos hablando de la pelea con el periodismo o con las empresas periodísticas, o la pelea con La Corte o la pelea con Cobos. ¿Esto es la política funcionando, o esto te preocupa…?

BS –A mi me preocupa mucho lo del periodismo porque son rasgos que yo venía discutiendo con antikirchneristas y diciéndoles “no, tienen que matizar un poco, no pueden empezar a hablar de autoritarismo tan livianamente en un país donde hemos tenido la dictadura del ‘76” y la palabra “autoritarismo” es una palabra que yo no he usado. He dicho que ellos tienen una mentalidad de carácter no democrático pero nunca usé la palabra autoritarismo para el gobierno.

Vi los afiches y después, por casualidad, vi tres minutos de una especie de paródico y pésimo balada rock que se cantó en “6 7 8” con nombres y fotos de todos los periodistas que estaban en los afiches.




ET –No me digas si yo estaba porque me amarga la vida...

BS –Si, si, pero no te va a gustar la balada rock o sea que no vas a tener que ponerla en tu mp3. Se llama “mierda oficialista”, son los que cantan eso y son los que fueron justamente con “somos mierda kirchnerista” con esas remeras a la Plaza de Mayo en el último acto.

Eso, la verdad, no soy una persona asustadiza y me cayó de un modo alarmante. Y aunque a vos te parezca un detalle completamente lateral lo que te voy a decir, el hecho de que se haya elegido la fundación El Libro, que no es del gobierno sino que es una fundación de la esfera pública, haya elegido a Teresa Parodi y a Víctor Heredia para inaugurar la Feria del Libro, marca miedo, eso marca miedo.

Es decir, no se atrevieron a elegir, ni siquiera a José Pablo Feinmann, digo, no se atrevieron a poner a un intelectual hablando, porque presuponen que la presidenta va a ir a la feria, estas son todas inferencias mías, pero nunca nadie, por mejor músico popular que fuera, inauguró la Feria del Libro.

Yo en broma digo: voy a reclamar el derecho para Horacio González y para mí de inaugurar el Festival de Cosquín el año que viene, entonces esto marca el miedo, digo el miedo de que se le quede una situación, el miedo de que mañana el AFIP le mande un inspector a la editorial tal o a la editorial cual porque votó en la Feria del Libro para que hablara fulano en la inauguración y no otro.

Eso marca miedo, yo te diría que lo pongo en arco con los murales de los periodistas porque es lo más terrible que puede suceder y que uno evoca regímenes donde eso sucedió que es cuando la gente empieza a curarse en salud.

ET – ¿A mi sabes qué me impresiona de todo este proceso? Que uno escucha gente que respetó toda la vida con declaraciones que en última instancia justifican esto. Sintetizando… “Y también… cómo le dan al gobierno, ¿qué quieren, que no se defienda?” “¿Qué quieren los periodistas? Viven hablando mal del gobierno. ¿Qué quieren, que no haya ningún tipo de respuesta?”.

Me preocupa más ese tipo de razonamiento de sectores que si esto lo hubiera hecho Menem hubieran hecho un escándalo tras otro, o el silencio, o los que dicen que lo que está mal es que los carteles sean anónimos pero esas cosas hay que decirlas. ¿Qué es lo que hay que decir? Que alguien que trabaja para un multimedio es culpable de todos los delitos que haya cometido aún cuando no esté probado, de alguien que es dueño de ese multimedios y así sucesivamente. Me preocupa más la justificación o el silencio que el hecho en sí.

BS –Es probable de que haya una bajada, una especie de cinismo que entregue todos los principios, es probable que eso esté sucediendo. Yo te diría que lo que vos decís yo lo inscribo en lo que yo he empezado a pensar como algo que me parecía que no iba a suceder, que es que el kirchnerismo ganó una batalla cultural, yo pensé que no iba a implantarse en los sectores medios progresistas.

Que tuvo su buen momento donde todos apoyamos ya sabemos qué cosas, la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida, la renovación de la corte. En fin, lo que vos contás en tu libro y el interrogante que abre tu libro, pero que después estos modos autoritarios y sobretodo la forma en que la sociedad reaccionó frente al trámite de la 125, iba a hacer que esas capas medias se enajenaran del kirchnerismo y sin embargo, en el último año y medio yo vengo como viendo que han empezado a ganar una batalla cultural.

ET –Si, no sé en cuánta dimensión ¿no?

BS –No se sabe pero hay encuestadores que dicen que si las capas medias se retiran no vuelven, yo tendría mis dudas de eso. Hoy tendría mis dudas de eso.

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