1-El impuesto a los débitos y créditos en cuentas bancarias (conocido como "impuesto al cheque") fue aprobado en marzo de 2001, durante la gestión de Domingo Cavallo. El argumento fue hacer frente a la emergencia económica. Por eso se fijó una vigencia limitada, hasta fines de 2002. Pero luego fue prorrogado 7 veces. Actualmente sigue vigente hasta fines de 2011.
2- La tasa es del 1,2% porque grava con el 0,6% los débitos y otro 0,6% los créditos. Eso lo hace inevadible porque el Banco descuenta el impuesto de la cuenta del cliente.
3- Por ejemplo, si quien recibe un cheque de $ 4.000 lo deposita en su cuenta, le acreditan $ 3.952 porque le retienen $ 48. En cambio, si lo cobra por ventanilla del banco percibe los $ 4.000.
4- Al gravar los movimientos bancarios de toda la cadena de producción y comercialización tiene un efecto cascada. Por ese motivo es considerado uno de los impuestos más distorsivos. También porque incentiva a realizar las operaciones por fuera del sistema bancario para eludir la retención del impuesto.
5- Algunas operaciones están exentas, como la cuenta sueldos o de jubilados. En algunos casos es posible computar parte del impuesto como pago a cuenta de otros impuestos, como Ganancias y Ganancias Mínima Presunta.
6- De lo que se recauda por este impuesto, el 70% va al Estado y el 30 restante -previa deducción del 15% para la ANSeS- se reparte entre provincias y la Nación. El Estado recibe 80,52%, la ANSeS el 4,5% y las Provincias el 14,98%.
7- Este año se estima que por este impuesto la AFIP podría recaudar unos $ 25.000 millones, más del 10% de la recaudación impositiva total.
24.000 son los millones de pesos proyectados para 2010 por el impuesto al cheque.
80,52 es el porcentaje de los ingresos del cheque que se queda la Nación.
Fuente: Clarín
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