El periodismo parece más una herramienta de castigo que un camino honesto hacia la verdad
martes, 20 de abril de 2010
Ya se sabe: el periodismo no es una ciencia exacta que suma dos datos, tres testimonios y una foto, y da como resultado la verdad. Por eso, el buen periodista no es aquel que cuenta “la” verdad, sino aquel que con honestidad intelectual intenta las aproximaciones necesarias para alcanzarla. Eso lo diferencia del mal periodista, aquel que no le importa la verdad ni los caminos que puedan conducir a ella.
En un país que mira absorto la batalla entre el Gobierno y un grupo de medios encabezado por Clarín, el periodismo a veces parece más una herramienta de castigo que un camino honesto hacia la verdad.
Esta semana, la Argentina participó de la cumbre mundial sobre seguridad nuclear. Después de días en que la mayoría de los medios informó, con grado de certeza, que el mandatario norteamericano no recibiría a Cristina Fernández, el encuentro finalmente se produjo.
La misma anticipación fallida había ocurrido semanas atrás cuando se anunciaba que Hillary Clinton no iba a visitar la Argentina; o el año anterior cuando se afirmaba que la Presidenta no iba a poder ver a Fidel Castro en Cuba. La realidad demostró que los titulares quizás reflejaban más un deseo que una información confirmada.
Desde el Gobierno se responde con la misma parcialidad. Con el agravante que eso significa: la utilización del aparato económico y comunicacional de un Estado que es solventado con fondos públicos.
Durante todos los partidos de fútbol del pasado fin de semana, se gastaron $ 204.000 en publicidad para convocar a una marcha oficialista a favor de la Ley de Medios. Además, los programas y los medios oficialistas no dudan en lanzar acusaciones absurdas (como llamar golpista a cualquiera que piense distinto) contra periodistas con nombres propios.
La televisión del pasado martes fue una muestra caricaturesca de esa guerra: mientras Canal 7 ninguneó durante todo el día el debate con mayoría opositora que finalmente derogó el DNU que permitía usar las reservas del Banco Central; el canal de cable TN, del grupo Clarín, ignoró por completo la conferencia de prensa de la Presidenta tras su encuentro con Barack Obama.
El Gobierno ya tiene poco para perder en esta lucha. La credibilidad del periodismo, en cambio, puede perder demasiado.
Fuente: Revista Noticias
Publicado por Pulguita en 22:44
Etiquetas: medios, Periodistas, política
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