Aunque no lo puedan creer, compartí un día desde las 11:00 hs hasta 16:00 hs con el personal del AFIP. Me sorprendieron muy gratamente, sobre todo porque cuando uno se plantea hacer trámites estatales entra en pánico desde el mismo momento que el contador o el escribano le anuncia que debe hacerlo.
Llegué a la Agencia N° 1, Av. Cabildo 999, el primer obstáculo que me había planteado era el tema estacionamiento, vivo en Garín y lamentablemente medios de transporte civilizados para trasladarse a Capital Federal, lisa y llanamente no existen.
Oh! Sorpresa, encontré que en todas las calles que cruzan Av. Cabildo hay señores con un cartel que los identifica y te cobran $2 la hora y cuidan tu auto. Tuve que ir y volver dos veces en el mismo día y las dos veces me indicó dónde estacionar un señor muy amable que me aseguró que vigilaría mi auto!
Entro a la Agencia N° 1, no hay cola (me dije, evidentemente estoy soñando, ya me voy a despertar y empezará la pesadilla). Había mucha gente pero todos atendidos en distintos mostradores, con sus respectivas sillas, el clima era increíble. En la recepción me indican a dónde dirigirme, me asesoran y como era de suponer, me faltaba un requisito.
Ya me estaba yendo frustrada cuando decidí volver sobre mis pasos para pedirles que me ayudaran a resolverlo. Para esto me mandaron a un Centro de Servicio. Cuando llegué allí terminé convencida que los sueldos de los empleados del AFIP deben de ser muy buenos o le ponen algo al agua.
Entré en un lugar con no menos de 20 computadoras a disposición del contribuyente, personal que te daba un instructivo para que puedas hacer tu trámite sin necesidad de recurrir a un Contador. Si en algún momento sentía que iba a meter la pata si presionaba “enter”, levantaba la mano y se acercaba uno de los asistentes a indicarme cómo seguir.
Termino la operación y presiono imprimir, en segundos se imprimen las 12 hojas de mi DJ. Paso por el mostrador a pagar y me dicen que es un servicio del AFIP para el contribuyente, GRATIS!
Vuelvo a la Agencia N° 1 y amablemente un chico joven llamado Lucio me indicó que no sacara número ya que no era necesario y me atendió inmediatamente. Ingresó mis datos, compuso el requisito faltante y logré llegar al siguiente paso.
Exención del ITI (impuesto a la transferencia de inmueble), como mi solicitud tenía un error, la cual chequeó muy amablemente un señor llamado Julio, previamente para no hacerme ir dos veces, me asesoró cómo corregirla y dónde se encontraba la computadora pública para que yo pudiera enmendarla.
Allí estaba un regio escritorio donde cómodamente corregí los datos ingresados y entregué mi solicitud sin ningún problema.
Lo que para mí iba a ser un día de terror se había transformado en terapéutico, todos y cada uno de los empleados con los que traté estaban preparados y eran muy didácticos. Me ayudaron, me escucharon y trataron por todos sus medios de facilitarme los trámites que tenía que hacer.
Estas son las personas que nos dan fe en el país, que se puede ser eficiente y trabajar bien en un ambiente limpio y cálido. Quiero felicitar al que sea que maneje la Agencia N° 1 del AFIP y agradecerles por el bonito día que me brindaron.
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