Por Laura Serra
Un conflicto de gravedad institucional y de impredecibles consecuencias amenaza con desatarse en la Cámara de Diputados si, como amenaza el oficialismo, está dispuesto a trabar allí el curso legislativo de la media sanción de la coparticipación del impuesto al cheque, que impuso la oposición en el Senado.
"No reúne la mayoría de votos que exige la Constitución nacional, por lo tanto la media sanción carece de validez. Julio Cobos [presidente del Senado] debió mandarlo al archivo", enfatizó el jefe del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi.
Todas las miradas recaen en el presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Eduardo Fellner, quien en las próximas horas recibirá el texto de la media sanción del Senado y deberá decidir el giro a las respectivas comisiones, para que el proyecto continúe así su curso legislativo. Pero el sector más duro del bloque oficialista ya comenzó a ejercer una férrea presión sobre Fellner para que frene ese trámite.
"No nos pueden obligar, como diputados oficialistas, a tratar una media sanción que es «trucha» y que la propia presidenta (Cristina Kirchner) ha dicho que es inconstitucional", deslizan, indignados.
Fellner está en una encrucijada: podría acatar el reclamo oficialista, pero corre el riesgo de que la oposición lo acuse de incumplir sus funciones. "A Fellner no se le ha transferido la facultad de control de constitucionalidad de los proyectos que ingresen en el Congreso, como tampoco de las medias sanciones", advirtió, el jefe del bloque radical, el diputado Oscar Aguad.
No faltarán quienes, incluso, reclamen la destitución de Fellner si efectivamente demora en la Cámara baja el trámite legislativo de la media sanción del Senado.
Es un secreto a voces que el Peronismo Federal, encabezado por Felipe Solá, insiste en que ese cargo le corresponde a la oposición, pero, hasta ahora, el radicalismo, la Coalición Cívica, Pro y, en general, el resto de los bloques opositores se han mantenido firmes y avalaron la continuidad de Fellner.
Incluso después de que el diputado jujeño levantara hace dos semanas, por falta de quórum, la sesión convocada por la oposición para derogar el decreto presidencial para utilizar reservas y destinarlas al pago de deuda. Tras el episodio, el Peronismo Federal reclamó la cabeza del presidente de la Cámara baja, pero no tuvo adeptos.
"Pero si Fellner ahora decide obedecer al Gobierno y frena el trámite legislativo de la media sanción del Senado, estaría cometiendo una falta muy grave y podría rodar su cabeza", advertía ayer un encumbrado diputado opositor.
De todas maneras, en la oposición se reconoce, por lo bajo, que esta polémica legal es la excusa perfecta que utilizará el Poder Ejecutivo para vetar la ley, si eventualmente resulta aprobada por la Cámara baja. "Abona el camino del veto con fundamentación grave", confirmó el jefe del bloque oficialista de senadores, Miguel Pichetto.
Por eso, en el entorno de Elisa Carrió, jefa de bloque de la Coalición Cívica, se consideraba ayer que la mejor estrategia es impulsar desde Diputados una iniciativa nueva para coparticipar el impuesto, darle media sanción y girarla luego al Senado para que la convierta en ley. Desde la Coalición Cívica se impulsará el proyecto de los diputados Alfonso Prat Gay y Walter Agosto (Peronismo Federal) que propone coparticipar el impuesto al cheque previa reducción de la alícuota a las pymes.
El problema es que los bloques de la centroizquierda no comparten la idea de hacer coparticipable este tributo, ya que desfinanciaría al Estado. Sin estos votos, la aprobación del proyecto se complica.
Desde Proyecto Sur, el diputado Claudio Lozano propone como alternativa de financiamiento a las provincias que éstas dejen de ceder, en adelante, el 15% de sus recursos coparticipables a la Anses y que se restituyan los aportes patronales a las empresas. "Se mejora el financiamiento de la Anses, las provincias reciben más recursos y el Estado no se desfinancia", sostuvo.
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