Un ex colaborador K cuenta cómo espían a opositores y periodistas

miércoles, 7 de abril de 2010

Por Franco Lindner

Ariel Garbarz se detiene en mitad de una frase, hace un silencio misterioso y pregunta: "¿Vos apagaste tu celular? El mío está protegido, pero el tuyo, no sé...". El periodista obedece. Y él explica en voz baja: "Si está prendido, lo pueden transformar en micrófono y escuchar todo lo que estamos hablando. Ésa es la última moda, ya le pasó a varios funcionarios".


Garbarz no es paranoico, sino ingeniero eléctrico, director del Proyecto Nacional de Teleinformática de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y viejo conocido de los espías de la SIDE, a los que asesoró en tiempos de Fernando De la Rúa y ahora volvió a frecuentar desde que Néstor Kirchner ocupa el poder. Trabaja con ellos y sabe de lo que son capaces. Y por primera vez está dispuesto a contarlo a lo largo de tres horas de reportaje.

Dirá que hay 48.000 líneas pinchadas de manera ilegal y que la Secretaría de inteligencia intervino los teléfonos de la Cámara de Diputados y la Legislatura porteña. Mostrará los peritajes técnicos que lo demuestran.

Detallará los casos de espionaje contra Mauricio Macri, Elisa Carrió y Roberto Lavagna en sus épocas de ministro de Economía. Explicará que José Francisco Larcher, apodado "Paco", es el verdadero jefe de los agentes K pese a figurar como segundo en los papeles. Y por último, jurará que el ministro de Planificación, Julio De Vido, propuso pagarle por su trabajo en forma irregular, mediante el nombramiento de empleados "ñoquis", y que tras su negativa fue amenazado de muerte.

¿Por qué decidió contar los secretos de un gobierno para el que todavía trabaja? El arrepentido del espionaje K asegura no temerles a las represalias que pueda ocasionarle esta entrevista.

"La indignación me llevó a un punto donde eso ya no importa", dice.

LA SIDE POR DENTRO. Algunas semanas antes de que Kirchner llegara a la Casa Rosada, el periodista y ahora diputado Miguel Bonasso llamó a Garbarz. "Néstor quiere que le protejas los teléfonos del Gabinete", le avisó.

El ingeniero gozaba de prestigio desde que su empresa Protección Digital había desarrollado un software informático que detecta y bloquea las intervenciones de teléfonos y correos electrónicos, y se había convertido en la primera firma argentina en obtener una licencia para operar en los Estados Unidos allá por el 2002. La tecnología de punta que ofrecía Garbarz interesó a los patagónicos -como años antes a De la Rúa- y la primera reunión fue en la Casa de la Provincia de Santa Cruz, sobre la calle 25 de Mayo, en el microcentro porteño. Era el 5 de mayo del 2003.

Cuenta Garbarz: "Ahí estaban Bonasso, al que yo conocía por su trabajo en Página/12, y "Paco" Larcher, un hombre de confianza de Kirchner.

Larcher me confirmó que querían que yo le protegiera los teléfonos al Presidente. Y después me preguntó por Jaime Stiusso, el famoso agente de la SIDE al que después Gustavo Beliz denunció en público por espiar al Gabinete".

-¿Qué le preguntó sobre Stiusso?

Garbarz: Si era confiable. Le dije que no lo conocía personalmente, pero que sí tenía referencias por colegas del proyecto nuestro de la UBA, que habían trabajado con él. Le dije que era muy profesional, que manejaba excelente tecnología.Y lo más importante, que era un tipo que se acomodaba al gobierno de turno.

-¿Larcher qué decía?

Garbarz: Sólo escuchaba. Después de que asumió Kirchner tuve otra reunión con él. Vino acá a mi oficina, en Palermo, y estuvo varias horas. Entonces ya era el subsecretario de la SIDE, el jefe en los hechos, porque el que tiene encima, Héctor Icazuriaga, está pintado. Esto fue el 4 de junio.

"Paco" quería que le controlara algunos teléfonos, entre ellos el suyo y el del edecán del Presidente, porque Kirchner no usa celular. La mayoría estaban pinchados, el de Julio De Vido, el del edecán de Kirchner, también el celular de Larcher.

-¿Pinchados por quién?

Garbarz: Por la SIDE. Descubrimos que el equipo que estaba pinchando los teléfonos era un DVCRAU de marca Siemens, igual al que le secuestramos a la SIDE en un allanamiento del año 2000, que fue ordenado por el juez Jorge Urso. O sea que el propio subsecretario de Inteligencia tenía el celular intervenido por su gente.

-¿Qué es un DVCRAU?

Garbarz: Es un Data Voice Call Recording and Acquisition Unit, un equipo que permite pinchar muchas líneas al mismo tiempo. Los más viejos pinchan 30 líneas y los nuevos, 12.000. Esos cuestan como 100.000 dólares y nosotros tenemos detectado que hay cuatro operando en la Argentina. O sea, el piso de pinchaduras es de 48.000 sólo con estos equipos, a eso sumale todos los otros de menor envergadura.

-¿Se comprobó que detrás de esto está la SIDE?

Garbarz: Sí. El año pasado hicimos un peritaje con mi equipo de la UBA en la Legislatura porteña. Ahí revisamos los despachos del macrista Santiago de Estrada, del kirchnerista Miguel Talento y de otros. Y con un escáner detectamos que a Talento y a Estrada los estaban espiando con micrófonos láser. Es un equipo que irradia un haz de láser desde algún edificio de enfrente y lo dispara hacia la ventana de la oficina del tipo al que quieren escuchar. Y no sólo eso, comprobamos que la central telefónica de la Legislatura estaba pinchada, o sea que podían escuchar todos los internos. ¿Por qué lo relacionamos con la SIDE? Porque el equipo DVCRAU que hacía las pinchaduras estaba conectado con el cable de fibra óptica que sale de la sede de la SIDE en la Avenida de los Incas, en Belgrano. Ahí funciona la OJOTA, la Oficina de Observaciones Judiciales que es la que se encarga de intervenir los teléfonos.

-¿Eso consta en el peritaje que hicieron?

Garbarz: Sí, claro. Los cables a los que se conecta este equipo DVCRAU son los que se instalaron a partir de abril de 1997 para uso exclusivo de la SIDE. El informe que hicimos lo tiene el juez federal Ariel Lijo, que nos llamó a declarar a mí y a otros peritos que intervenimos. Nos tomó declaración un secretario. Y después le dejé al juez la dirección exacta de dónde estaba ese equipo DVCRAU, se lo di en un sobre lacrado, con una nota que decía que si decidía allanar ese lugar no informara a las fuerzas de seguridad hasta el último minuto. Porque no es cualquier lugar, es un edificio muy importante en la Capital. Esto fue hace medio año y no pasó nada, la causa está dormida. Lijo no debe ni haber abierto el sobre.

-¿En qué edificio estaba el DVCRAU?

Garbarz: En uno muy importante, de una empresa privada que queda cerca de la Legislatura... El ingeniero no lo dice, pero otros dos peritos que participaron de la investigación aseguran que se trataría de la sede de compañía Telefónica de Argentina ubicada en el barrio de Once.

También en la Cámara de Diputados descubrieron que estaba pinchada la central telefónica, al igual que en la Legislatura. La denuncia judicial la presentaron el ex canciller Rafael Bielsa y los diputados Remo Carlotto, Norma Morandini y Federico Pinedo.

Garbarz cuenta: "Fue por la misma época que la causa de la Legislatura y lo que descubrimos fue lo mismo, los estaban pinchando con el mismo equipo que está conectado a los cables de la SIDE".

-¿Hay otros casos?

Garbarz: En la época de De la Rúa, "Lilita" Carrió pidió que le revisara los teléfonos a ella y a otros integrantes de la Comisión Investigadora de Lavado. El suyo estaba pinchado, también el de Daniel Scioli, que por entonces era diputado. A él se lo seguimos protegiendo todavía. Otro que vino a verme, ya con Kirchner de presidente, es Mauricio Macri. También estaba pinchado. El celular de él y los de sus colaboradores.

-¿Y Lavagna?

Garbarz: Bueno, hay una causa de pinchaduras en el Ministerio de Economía del 2000, que se reactivó luego de que asumió Kirchner. La Cámara Federal corroboró que la privada del Ministerio seguía pinchada, como lo había demostrado el informe nuestro de la UBA. Cuando Lavagna recibió ese informe lo mandó a guardar, no hizo nada. Como funcionario público, si vos tenés conocimiento de un delito, estás obligado a hacer la denuncia. Él empezó a decir que lo espiaban cuando lo echaron del Gobierno.

ÑOQUIS Y APRIETES. A Garbarz no lo sorprende la actividad hiperquinética de la SIDE, que hace horas extra para satisfacer la curiosidad del Presidente y abastecerlo con abundante información subterránea. Lo que sí inquieta al ingeniero es el modus operandi de algunos altos funcionarios kirchneristas.

Asegura que el ministro de Planificación, Julio De Vido, lo recibió en su despacho y le hizo una proposición indecente: pagarle por sus servicios de manera irregular. "De Vido me explicó que no podían hacer una contratación para que mi empresa le protegiera los teléfonos al Gobierno, que eran unos 30. Y tampoco querían una licitación. Entonces me dijo que podíamos "arreglar" de otra forma. "Traé empleados tuyos, nosotros los designamos, les damos una categoría determinada, van y cobran un sueldo y vos después arreglás con ellos", me dijo."

-¿Le ofreció pagarle con "ñoquis"?

Garbarz: Exactamente. Yo tenía que elegir a doce o trece chicos de mi equipo, cada uno cobraba 1.100 pesos aunque no fueran a trabajar al Ministerio y la plata era para mí. Así se cubría el costo de proteger los 30 teléfonos del Gobierno.

-¿Usted qué contestó?

Garbarz: Que era una locura. En un momento, como no nos poníamos de acuerdo, De Vido llamó a su mujer, Alessandra Minnicelli, que tenía su escritorio ahí cerca, en la misma oficina.

Ella explicó que no podían hacer una contratación ni una licitación, sino que la única manera era ésa. Yo les dije: "Esto es un problema para ustedes y también para mí. Imaginen si mañana uno de los chicos de mi empresa se enoja conmigo y denuncia que todos los meses iba al Ministerio a cobrar, y que esa plata no era para él sino para su empleador, que había hecho un arreglo con el ministro". Pero De Vido me dice: "No, quedate tranquilo, pibe, no va a pasar nada". Varias veces lo repitió: "Quedate tranquilo, quedate tranquilo". Esto fue el 3 de junio del 2003.

-¿Y qué pasó?

-Garbarz: Les dije que si ellos todavía no podían hacerme una contratación, como correspondía, yo seguía brindándoles el servicio gratis hasta que encontraran la forma de solucionar ese tema legal. Pero nada de "ñoquis".

-¿Qué hacía la mujer de De Vido en su oficina? Si siempre trabajó en la SIGEN...

Garbarz: Sí, es verdad. Pero tenía un escritorio ahí para ella, no sé por qué. De Vido siempre negó la acusación de que su mujer Alessandra Minicelli, la encargada de vigilar al Gobierno desde la Sindicatura General, a la vez trabajara en el despacho de él. Los voceros del ministro además desmienten la escena que relata Garbarz y juran que no lo conocen. El ingeniero sigue contando: "Poco después de esto, el que me llamó fue Guillermo Moreno, el que aprieta a los empresarios, y que por entonces era secretario de Comunicaciones".

La segunda vez que lo fui a ver estábamos en una habitación mínima de dos por dos, en unos silloncitos. Ahí me acusó de divulgar los 30 teléfonos del Gobierno que protegemos y al final me dijo: "Empezamos mal. Te va a llamar un coronel que trabajó en el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, para inspeccionar la tecnología que ustedes usan". Me quedé helado.

Y le dije: "Bueno, ¿y mientras qué hacemos? ¿Suspendemos la protección a los teléfonos o no?". Moreno me contestó: "Si sos tonto, la vas a sacar. Si sos piola, la vas a dejar..."".

-¿Usted qué dijo?

Garbarz: Me quedé callado, estábamos los dos parados. Y ahí me fui. Después lo llamé a "Paco" Larcher para contarle esto y pedirle que Kirchner nos mandara una nota escrita solicitando el servicio de la protección telefónica. "Paco" me contestó que no, que con la orden verbal era suficiente. Y Bonasso me dijo: "Hablar con "Paco" es como hablar con el Presidente". El problema fue que después de esa reunión con Moreno empezaron las amenazas contra mí y la gente de mi equipo.

-¿Qué amenazas?

Garbarz: A mí me mandaban mails anónimos amenazándome de muerte, no quiero dar precisiones para no asustar a mi familia. Y a los chicos que trabajan conmigo los llamaban y les decían: "Garbarz te está usando, es agente del Mossad israelí". O también: "Si querés a tu familia dejá de trabajar con Garbarz". Además, entraron una noche en mi oficina y revolvieron todo.

-¿Por qué el Gobierno le pidió que protegiera sólo 30 teléfonos?

Garbarz: Es algo raro. El servicio se lo damos en forma gratuita desde la UBA, podrían compartirlo con la oposición. Es evidente que no hay interés.

Si otros teléfonos además de los suyos estuvieran protegidos, la SIDE sólo podría pincharlos con una orden judicial protocolizada. De hecho, escuché que "Paco" Larcher se había quejado porque al proteger los teléfonos de opositores estábamos interfiriendo en su trabajo. Ésa fue la expresión que usaron: interferir.

NUEVOS TRUCOS. Garbarz no lo dice en público, pero por estos días también trabaja para la gobernación bonaerense de Felipe Solá, quien pidió desinfectar de espías los teléfonos de sus principales funcionarios, entre ellos el ministro de Seguridad, León Arslanian.

El peritaje de los técnicos que lo acompañan determinó que las líneas estaban pinchadas por un equipo interceptor DVCRAU igualito a los que tiene la SIDE. Y como los funcionarios de la gobernación ahora están inmunizados, las pinchaduras las sufren sus familiares.

Días atrás, la hija de Adriana Puiggrós -la ministra de Educación de Solá- charlaba con su marido cuando sonó su celular: atendió y escuchó cómo le pasaban la grabación de esa conversación que acababa de tener. Garbarz explica: "Eso se está haciendo muy frecuente, convierten el celular en micrófono y te escuchan. Y luego te reproducen lo que acabás de decir para que sepas que te están espiando. Es para amedrentar".

-Le pasó a un periodista de NOTICIAS luego de hablar por su celular con el jefe de redacción.

Garbarz: ¿Viste? Lo otro que también hacen es ubicar dónde estás geográficamente si tenés el celular encendido. Lo hacen por satélite. Y cuando llaman a una línea protegida y no pueden escuchar, hacen ruiditos en la línea: clic, clic, clic. Para hacerte saber que estás en la mira por más que no te puedan oír.

-¿Por qué se decidió a dar esta nota?

Garbarz: A ver... Porque estoy enojado con el entorno del Presidente. Yo lo voté, al principio creo que apoyaba nuestro proyecto de la UBA. Pero está rodeado de autoritarios y de corruptos, de gente que se cree que te puede patotear.

-¿No lo habló con el Presidente?

Garbarz: No, nunca pude. Kirchner no debe estar enterado de muchas de las cosas que pasan a su alrededor.

-¿Está seguro?

Garbarz: Bueno... Es lo que quisiera creer

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