Esa Señora que se autoproclama prócer de la democracia

sábado, 10 de abril de 2010

Por Susana Sechi

El régimen exacerbado y canallesco dueño de una predica exasperante ha decidido envenenar diariamente a ese conjunto de ciudadanos acosados por el modelo nefasto impuesto desde el 2003 a la fecha. Actualmente la encargada de repartir el pan envenenado resulta ser esa Señora que se autoproclama prócer de la democracia.


Esa Señora que dice sentirse feliz con lo que llama un proyecto nacional y popular, mientras el pueblo es cada día más pobre, ella, su marido y el séquito obsecuente acumulan riquezas indecentemente, al tiempo que resume su calamitosa gestión como la mas exitosa en los 200 años de historia argentina y promete celebrar junto con en bicentenario los logros obtenidos.

Seguramente el festejo intimo de la pareja contará con esos participes necesarios corruptos, e inmorales laderos cercados por la justicia que demuestran aun más los manejos del matrimonio cuya impunidad es preservada por la complicidad de una parte de la justicia que hace caso omiso a los delitos cometidos que involucran los intereses de los argentinos.

Sin embargo desde la precariedad del intelecto y sin el menor atisbo de responsabilidad, la Presidente, realiza sus conjuros invadiendo los derechos irrenunciables del soberano. Abuso, intolerancia y autoritarismo complementan los discursos insanos cargados de violenta agresión que forman parte de la vida cotidiana de los argentinos.

En estos días la férrea e inamovible decisión destructiva del régimen inoperante, se ha propuesto desperdigar su veneno alevosamente para aniquilar la calidad de vida de los ciudadanos.

La inflación como un estigma perturba indolentemente el futuro de los ciudadanos que menos tienen arrastrándolos a traspasar la línea de pobreza, mientras la vapuleada clase media invadida por el espanto consume la mayor parte de su salario en provisiones de comestibles, para mantener el valor del dinero, antes eran dolares, ahora las reservas abarcan todo lo que se pueda comer y preferiblemente las compras se dirigen a las oferta los de los supermercados como para paliar los aumentos de precios que con desenfreno crecen invariablemente, desmadrando todo presupuesto, en tanto los jubilados estafados y saquedos cobran haberes devaluados y miserables que no alcanzan para cubrir las necesidades primarias.

Todo esto avalado por la irresponsabilidad de un gobierno que niega los índices inflacionarios tapándolos con las fraudulentas mediciones del INDEC y con un nuevo termino "tensión" adoptado por un ministro de economía de adorno que no hace honor a su nombre "Amado".

En medio de la desestabilizada situación creada por el matrimonio presidencial, la burla parece ser el condimento esencial para mofarse de los ciudadanos. Un desfile de morbosos funcionarios son los que se pasean por programas de variette defendiendo a sus amos e insultado a la ciudadanía con sucias mentiras programadas a favor de un saqueo institucionalizado deleznable y mafioso.

Al tiempo que quien se proclama dueña de un Estado fallido apela a la victimización para envenenar un territorio devastado por un modelo virulento, codicioso y perverso que apuesta a disolver el cuerpo social, sin embargo tras estas implacables recetas propuestas por una Presidente se esconden más delirios enfermizos que son el odio, la venganza y el resentimiento.

Ante tan inconcebible proceder la Mandataria no sólo, no se hace cargo de sus culpabilidades, sino que ufanamente se muestra sorprendida de expresiones negativas dirigidas a su persona, cayendo luego en ese insalvable problema de género que tanto la preocupa, el que según propios comentarios resulta un escollo para gobernar a pesar de instalarlo en sus arengas encendidas, simplemente para victimizar su derrapada gestión.

Mientras sigue repartiendo panes envenenados. la presidente Kirchner ungida en el merito comprado de una administración corrupta, dilapida los dineros de los argentinos para salvar un reinado que se le cae a pedazos, especulando con la necesidad reparte dádivas a granel echando mano a todas las cajas y tesoros que encuentra a su paso.

Patrañas y más patrañas, se esconden tras los muros de la Quinta de Olivos, donde nuevamente el juego de las visitas a cobrado su auge y el todo vale se mezcla con la extorsión. Si esas paredes hablaran, seguramente repetirían cifras, amenazas y gritos del compañero de toda la vida de la Presidente ese diputado virtual que actúa como verdugo de una República en extinción, ese que desde un sillón se ocupa de disolver el parlamento mientras deja en offside a la oposición, jugando a las escondidas con los legisladores que le pertenecen.

El hartazgo de la sociedad se puede adivinar en sus rostros y el pan envenenado parece alentar la crispación, pero todavía aquel que tire la piedra no apareció.

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