Un estrado en la Plaza de Mayo presidido por Hebe de Bonafini fue ayer el escenario de un "juicio público" en el que cinco medios y siete periodistas resultaron "condenados" como "traidores al pueblo de la Nación Argentina" por su actuación durante la última dictadura.
Los diarios Clarín, La Nación y la Nueva Provincia (de Bahía Blanca), las editoriales Atlántida y Perfil y los periodistas Mariano Grondona, José Claudio Escribano, Joaquín Morales Solá, Magdalena Ruíz Guiñazú, Samuel "Chiche" Gelblung, Máximo Gainza Castro y Vicente Massot fueron hallados culpables de "haber extorsionado al pueblo, permitido que se mate y se torture y silenciado el horror", según las palabras de Bonafini, la "presidenta del tribunal", al concluir el acto que formó parte de la celebración del 33° aniversario de las Madres de Plaza de Mayo.
"Fue un juicio ético y político irrefutable", aseguró cuando ya había caído la noche y anticipó que próximamente serán juzgados los jueces por su actuación en aquellos años. Medios y jueces, precisamente, son los rivales preferidos de los Kirchner.
El escenario se montó a un costado de la Pirámide de Mayo, de espaldas a la Catedral. A los costados, dos hexaedros mostraban tapas de los diarios Clarín, La Nación y La Prensa, las revistas Gente, Somos, Extra y La Semana y las fotos y extractos de los textos que escribieron durante aquellos años los acusados, así como Raúl Portal y Mauro Viale.
Ante una veintena de Madres que ocuparon dos filas de butacas, una gran cantidad de medios locales y extranjeros, unos 50 obreros de la Fundación que conducen las Madres y un público de unas doscientas personas, la mímica del juicio se llevó a cabo después de la tradicional ronda de los jueves de las Madres y a pesar de las declaraciones de repudio de los últimos días a los ataques a la prensa.
No se vio a ninguno de los artistas que suelen participar de las actividades de las Madres. Y entre los funcionarios, sólo se mostró en primera fila el subsecretario de Obras Públicas, Abel Fatala, y la ex ministra de Economía Felisa Miceli, que se retiró antes del final.
Ante la mirada atenta de Hebe en el centro del escenario, durante más de dos horas fueron pasando periodistas a testimoniar mientras desde una mesa con tres "fiscales" le hacían preguntas.
El "cuerpo de peritos comunicacionales" compuesto por Hugo Ruano, Lucho Torres y Ana Clara Tosi concluyó que los diarios acusados le dieron "sustento ideológico y comunicacional" al golpe.
Claudia Acuña aportó fotocopias de notas de la revistas Gente, Somos y Para Ti en las que se celebraba a Jorge Videla o se describía el "clima familiar" de un supuesto "centro de rehabilitación para desertores de la subversión". "Esto no es periodismo, esto es propaganda, es falta de decencia", dijo la periodista de la cooperativa La Vaca que también mencionó las contradicciones de su propio trabajo durante aquellos años "en el que a la mayoría no nos muestra en el rol de héroes" y del que "es necesario hacer una autocrítica".
El presidente del nuevo Consejo Federal de Comunicación Audiovisual, Néstor Busso, presentó el caso de la Ley de Radiodifusión aprobada durante la dictadura "con apoyo de los medios". Carlos Rodríguez contó la historia de Papel Prensa y Pablo Llonto centró sus críticas en la actuación de Clarín y Ruíz Guiñazú.
"¿Alguno de los acusados desea ejercer su defensa?", propuso el conductor del evento y director de la radio de las Madres, Pedro Lanteri. Espero unos segundos y, ante la falta de respuesta, convocó a votar por la condena u absolución. Todos los brazos del público, muchos con un brazalete azul que decía "juez", se alzaron al grito de "¡Culpables!". "Condenados por unanimidad", anunció el locutor. Todos aplaudieron.
Fuente: Clarín
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