La inercia lleva cada vez más hacia la autodeterminación de las Islas Malvinas

sábado, 3 de abril de 2010

Por Ricardo Kirschbaum

Cristina Kirchner ha denunciado algo que es tan viejo como las Naciones Unidas. Ha dicho que en esa organización hay un doble estándar: hay quienes deben cumplir sus resoluciones, como la Argentina, y otros, como Gran Bretaña, que hacen lo imposible para no acatarlas.


Y que es en el Consejo de Seguridad de la ONU el lugar en que esos trapicheos tienen éxito. No es una novedad que Londres tiene derecho a veto, como Rusia, China, Francia y Estados Unidos. Las Naciones Unidas son la resultante del final de la Segunda Guerra. Desde entonces, hay países de primera (con veto) y de segunda, todos los otros.

No ha sido lo único que dijo la Presidenta sobre Malvinas, a 28 años del desembarco militar que desembocó en una guerra que ganaron los británicos. También calificó de "ridículas" las versiones sobre acciones militares argentinas sobre las islas.

La contracara fue la Asamblea Legislativa de los isleños. ¿Qué dijeron? Algo que tampoco es nuevo pero que sigue avanzando sin prisa pero sin pausa: la autodeterminación. Veamos la declaración: las islas son un "territorio de ultramar del Reino Unido, autogobernado, con el derecho inalienable de determinar su propio futuro". Y también dice que es "nuestro deseo" llamar a los vecinos (Argentina, Brasil, Uruguay y Chile) del Atlántico Sur a una "cooperación pacífica para que no se repita la tragedia de 1982".

Nada es improvisado. Ni la reprimenda oficial a la ONU, cuyo gobierno refleja un mundo que ya fue, ni la insistencia de los deseos (y no de los intereses) de los isleños por autodeterminarse.

Es muy complejo decidir qué hacer –la cooperación puede ayudar a la mayor autonomía de las islas y la acción militar ha sido enterrada para siempre– pero la realidad es que la inercia lleva cada vez más hacia la autodeterminación de las islas.

0 comentarios: