Por Hugo E. Grimaldi
Un relato casi anecdótico de la vida de los periodistas bien sirve para ilustrar el momento de confusión que vive el oficialismo en relación al rol de la prensa, en una semana donde casi lo único que le salió bien al Gobierno fue la operación a la que fue sometido Néstor Kirchner, por su personalidad una verdadera fábrica de estrés.
El reportero gráfico disparó su cámara y mostró al vicepresidente de la Nación con la cúpula de la UCR, tal como hicieron los demás colegas que asistían al momento de la reconciliación pública del titular del Senado con sus correligionarios, fotos que fueron transmitidas a las redacciones con urgencia, por lo avanzado de la hora. El diario “La Nación” eligió la que consideró como la mejor de todas las imágenes recibidas y con ella ilustró su tapa del viernes, bien arriba y a tres columnas.
Sin embargo, y seguramente sin desconocer todo el armado profesional que hace el periodismo para reflejar los hechos del modo más certero, el titular del bloque kirchnerista del Senado, Miguel Ángel Pichetto se permitió decir que las autoridades del radicalismo alientan a Cobos a votar contra el Gobierno, en actitud “de desestabilización explícita” y que esto “está tolerado y consentido con fotos (sic) también por algunos grandes medios”, que se ocupan además de abonar “la distorsión del análisis político”.
Los palos para Cobos y para la prensa se desparramaron ese día con lenguaje casi calcado desde las gargantas de varios voceros oficiales, entre ellos el Jefe de Gabinete, quien usó, al igual que Pichetto, el término “cuasi golpismo”. Más allá de que, al ser tan igual la letra que les pasan desde Olivos, se exponen como simples repetidores de libretos, lo del senador fue lamentable desde la concepción autoritaria de pretender que los medios reproduzcan únicamente lo que al Gobierno le interesa que se diga, pero también desde su poder de observación. La foto publicada en tapa, que tanto le disgustó, era de la agencia oficial de noticias.
Si de fotografías y de conveniencias políticas se trata, una imagen exclusiva de la Agencia DyN dio la vuelta al mundo en la semana y apareció en todas las primeras planas de los diarios de la Argentina. Fue tomada cuando el ex presidente Kirchner salió del sanatorio, después de la operación que se le hizo el domingo anterior para desobstruir su arteria carótida derecha. La cicatriz quedó a la vista y no hubo kirchnerista que desaprobara su exposición, sobre todo después de la zozobra que pasaron los ultras durante las primeras horas de la descompostura del ex presidente. Fue tal el miedo y la sensación de desamparo que transmitió por entonces la tropa K, con sus teléfonos prolijamente apagados, que así la herida expuesta se convirtió en un símbolo crudo del retorno del Jefe.
Para la concepción oficial de comunicación regimentada, ésa sí que era una imagen para mostrar. Sin embargo, Kirchner no la pasó bien en su postoperatorio, lleno de disgustos y de problemas por resolver. El propio Pichetto lo vivió en carne propia, cuando desde Olivos se le reclamó acción, ante la imposibilidad de generar los 37 votos que se necesitan en el Senado para aprobar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del Fondo del Bicentenario (FOBI), la obsesión con que lo taladra el matrimonio, sabedor de que en Diputados será imposible lograrlo. Con que una sola de las Cámaras apruebe el texto del DNU, éste se convertirá en Ley.
Igualmente, aún falta que se defina la senadora del partido liberal correntino, Josefina Meabe de Mathó lo que igualaría la compulsa en 36. De allí, los terribles palazos que le cayeron a Cobos quien, según el jefe de la bancada del FPV, conduce la Cámara de Senadores “en representación del Ejecutivo y lógicamente el desempate lo tiene que hacer a favor del Poder al que pertenece”.
Las cosas serían diferentes si se arma un proyecto que circule por las comisiones y luego por el recinto de ambos cuerpos legislativos. Los radicales ya han dicho que si se trata de una garantía ellos están dispuestos a conversar. Pero si esto sucede, más allá del retroceso objetivo de la Presidenta, es más que probable que haya que hacer concesiones mayúsculas a los gobernadores, quienes quieren fondos contantes y sonantes y piden una suerte de coparticipación de los recursos para salir del brete fiscal.
Por algo, se dice a modo de marketing del apoyo que suscita el FOBI, que 21 de los 24 mandatarios provinciales están de acuerdo con el uso de las reservas, aunque se omite blanquear que ello implicaría un pavoroso problema de monetización y de gasto creciente e inflacionario.
Desde su concepción económica de amante del consumo interno y política de tener a la gente con plata en el bolsillo, la propia Presidenta buscó defenestrar a la academia, que piensa mayoritariamente que la oferta monetaria excesiva genera inflación. “Que no nos vengan desde ningún rincón monetarista a decirnos que el problema es la expansión monetaria”, bramó Cristina en un discurso, al tiempo que en otro defendió las “medidas promocionales fiscales (que la Argentina) ha dado a sus empresarios y comerciantes, para poder mantener el nivel de actividad”.
En este aspecto, mucho se confía en la tarea que puede desarrollar Mercedes Marcó del Pont desde el Banco Central. La nueva titular se reunió con las cámaras bancarias y les pidió que le presten a la producción a tasas razonables y no se inmutó cuando le dijeron que hay oferta, pero que la gente no se anima. La funcionaria dijo que hacen falta diseños crediticios de cierta creatividad y puso como ejemplo al Banco de la Nación, para que la gente se anime al largo plazo, aunque algunos banqueros se preguntaron quién cubrirá el descalce entre los plazos de los depósitos y los créditos.
El empujón que se busca dar tiene que ver con el activismo que defendió la Presidenta ya que, pese al voluntarismo de pedirle a las empresas mayor oferta de bienes y servicios (“que esas medidas del Estado sean respondidas desde el sector privado con la capacidad de inversión para que oferta y demanda se balanceen y no provoquen tensiones”, dijo) sin que se generen condiciones de seguridad jurídica que justifiquen esa inversión, tal el estilo que el presidente electo José Mujica plantea para el Uruguay, el modelo sigue sumando pisos inflacionarios, empujado desde hace un par de meses por un notorio cambio de expectativas.
Para colmo de males, cada vez que el INDEC da a conocer un Índice de Precios, la población se siente algo más agredida, ya que no entiende, por ejemplo, como si la carne ha subido a valores descomunales en el mostrador, aún en los cortes populares, el promedio de febrero supone un incremento de apenas 4,7% de un alimento de primera necesidad que, además, está siendo sometido al tironeo de las internas del poder.
Hasta el jueves, los precios en Liniers estaban bajo la suela de Guillermo Moreno, lo que permitía arrancar de un precio artificial para medir el resto de la cadena, pero el viernes hubo una especie de sinceramiento de mercado entre la oferta y la demanda que habrá que ver si conduce a valores más realistas, sobre todo si se confirman los trascendidos sobre un “no” al cierre de las exportaciones. Dicen las malas lenguas que este cambio en materia cárnica, que hizo recordar a los tiempos de Felisa Miceli cuando se prohibieron los embarques y ganó Moreno, podría estar relacionado con la necesidad de darle al campo cierta tranquilidad para que liquide sin problemas la cosecha de soja y darle así algún aire al Fisco.
La ex ministra también resultó durante la semana otra piedra en el zapato de Néstor Kirchner, ya que salió a decir que “está claro que desde el ministerio de Economía, el Banco Central y la Presidencia se maneja información privilegiada, que no debe usarse para cuestiones personales de los funcionarios”, en relación a la compra de 2 millones de dólares que hizo el ex presidente. O bien porque siente que le soltaron la mano, cosa que no ocurrió con otros ex funcionarios que se pasean por los Tribunales, o quizás porque está siguiendo el plan D’Elía para reclamar apoyos oficiales, en este caso para las Madres, lo cierto es que la andanada de Miceli conmovió el viernes a Olivos.
Pero el caso de Luis D’Elía superó todos los diques y ha sido de una gravedad extrema, sobre todo por el modo tan explícito en que ha mostrado cómo el poder político es permeable a la extorsión, bajo la forma de mensajes radiales que no le deben haber caído nada bien a Kirchner. Habló primero del “abuelo usurero” del ex presidente y luego amenazó con “sacar 70, 80 mil tipos a la calle” para pedir participación en los planes sociales. “El que avisa no traiciona”, remató antes de arreglar su vuelta al redil con la mismísima Alicia Kirchner.
Otro grano para el diputado, seguramente fue la reaparición del “toco y me voy” de Carlos Reutemann, de quien se sabe que ya se ha autoexcluido de ser nuevamente senador o gobernador de Santa Fe. Como le queda una sola opción, la gran sospecha es que será finalmente candidato a presidente, por lo que escuchar de su boca que todos los argentinos estarán “contentos” si cuando los Kirchner se vayan en 2011 “no se han afanado la Casa Rosada y la Plaza de Mayo” fue muy duro para el kirchnerismo. Tanto que los lenguaraces del oficialismo salieron en cola a defenestrar al santafesino, aunque la duda que ha sembrado el senador ya permite avizorar una serie de alineamientos en los partidos y bloques mayoritarios para 2011.
Por un lado podrían estar el kirchnerismo y sus aliados de izquierda, con Kirchner a la cabeza, ya se verá si con el sello del PJ o del FPV. Por otro, aparece Julio Cobos como eventual candidato de la UCR, aunque esa candidatura deberá dirimirse dentro del Acuerdo Cívico y Social, con Socialistas y el ARI y falta saber si Elisa Carrió decide seguir dentro o cortarse sola. Y en tercer término, estaría el hoy Peronismo Federal, con Reutemann como precandidato, Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires y eventualmente, si no va con la centro-derecha, Mauricio Macri.
Esta es hoy una virtual grilla de largada para los tres grandes bloques, aunque es seguro que mucho colesterol habrá de acumularse todavía en las arterias de todos los candidatos.
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