Por Alexis Di Capo
El gobierno ya tiene su obsesión número 2 (la número 1 es aprobar el Fondo del Bicentenario). Se trata de impedir que el salteño Juan Carlos Romero sea el nuevo Presidente Provisional del Senado reemplazando al bonaerense Juan José Pampuro. El acuerdo entre el Peronismo Federal, la UCR y Carlos Verna está casi cerrado y tendrían mayoría de votos.
El clima, hasta ahora, es de consenso opositor para ir por todo en la sesión preparatoria del 24, es decir, por la Presidencia Provisional y por la Vicepresidencia para un radical.
Alerta roja en Olivos
Kirchner sufre la pesadilla de un nuevo 3 de Diciembre, pero mucho peor, porque en aquella ocasión la subsistencia de Eduardo Fellner en la presidencia de la Cámara le permitió al oficialismo disimular su derrota. Ahora, en cambio, si Romero desplaza a Pampuro, el escenario es sombrío para el gobierno. Y más todavía por cuanto es probable que Julio Cobos termine renunciando a la Vicepresidencia en los próximos meses, lo que haría que Romero pase a presidir las sesiones de la Cámara y que el Peronismo Federal crezca adentro y afuera del Congreso.
Medidas desesperadas
Kirchner le ordenó a Miguel Ángel Pichetto y Nicolás Fernández que encuentren una solución para retener la Presidencia Provisional, aunque sea sacrificándolo a Pampuro. Las relaciones de éste con el ex presidente hace rato que se enfriaron.
Horas después de la derrota del oficialismo el 28-j del año pasado, Pampuro corrió con Daniel Scioli a abrazarse con Luciano Miguens y Mario Llambías en la Rural. Y tiempo después aclaró que él no hablaba con Kirchner desde largo tiempo atrás. Éste sospecharía que el ubicuo senador hace rato que se entiende de vuelta con sus padres políticos, el matrimonio Duhalde.
Así es que el seguimiento que sufre Pampuro por parte de la Secretaría de Inteligencia implicaría en los últimos meses un trato especial en relación al resto de los senadores. Su vida privada estaría siendo investigada hasta en los más mínimos detalles, que incluirían, por ejemplo, sus compras con tarjetas de crédito en la sección sadomasoquista de varios sex-shops. La concurrencia de Pampuro a algunas fiestas especiales, como revela la foto, también llena los archivos del espionaje local.
Todo esto, en el código estalinista que reivindica Diana Conti, podría ser útil para que Pampuro recuerde a quién le debe obediencia. Pero el caso es que la situación se está desbordando por el acuerdo UCR-Peronismo Federal-Verna.
Kirchner piensa ahora seriamente en promover al santacruceño Nicolás Fernández, hombre de la mayor confianza de CFK, como relevo de Pampuro. Fernández creció políticamente en los últimos tiempos, pero es dudoso que logre recuperar la mayoría para el oficialismo.
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