Por Jorge Fontevecchia
El título de esta nota iba a ser “Sincretismo” pero, con su habitual chispa, el secretario general de Redacción de Perfil, Edi Zunino, sugirió cambiarlo por “Sincretinismo”.
A pesar de haber nacido en la antigua Grecia, el sincretismo es más argentino que el bife de chorizo. El sincretismo es una predisposición por conciliar doctrinas que no comparten una coherencia sustancial.
El extracto del sincretismo argentino (ser todo: militarista, alfonsinista, menemista, aliancista, kirchnerista, macrista, solanista y lo que venga pero siempre al comienzo hasta que cansen) es el peronismo. No por casualidad es el partido más popular del país. A su vez, el epítome del sincretismo del peronismo es el presidente provisional del Senado, José Juan Bautista Pampuro.
Sería injusto achacarle exclusivamente a Pampuro todos los males del sincretismo peronista y elevarlo a la categoría de sincretinismo, pero es un personaje tan atractivo que resulta irresistible ejemplificar en su figura ese carácter exacerbado que comparte con muchos de sus pares.
Pampuro llegó a la política con la fama de ser el mejor cebador de mates de la provincia de Buenos Aires. Ser el pediatra de los hijos de Duhalde le permitió acceder a su círculo íntimo y allí pudo demostrar sus atributos cebadores. Logró así ser Secretario de Salud municipal cuando Duhalde fue intendente, Ministro de Salud provincial cuando Duhalde fue gobernador y secretario general de la Presidencia de la Nación cuando Duhalde fue presidente.
Como parte de su acuerdo con Duhalde, Kirchner lo mantuvo como Ministro de Defensa los primeros dos años de su gobierno, y cuando el kirchnerismo rompió con el duhaldismo, en las elecciones de 2005, Kirchner lo colocó como compañero de fórmula de Cristina, ambos como candidatos a senadores. Aquello fue un claro gesto contra Duhalde ya que era su colaborador de mayor confianza el elegido para renegar públicamente de él.
Pampuro fue electo senador junto a la actual Presidenta, desde 2005 es el presidente provisional de esa cámara y en 2011 vencerá su mandato como senador. Necesitará ser nuevamente electo.
¿A quién le cebará el alma Pampuro en 2011?, se preguntan dentro y fuera del peronismo. Y nuevamente el ex pediatra muestra su inacabable plasticidad porque colabora con De Narváez en la tarea de unir a todo el peronismo (los malpensados dicen que directamente “trabaja para el Colorado”).
Pampuro no es el único oficialista que de cara a 2011 practica sincretismo extremo. Otro de los funcionarios más cercanos al ex presidente Kirchner, el ministro de Planeamiento, Julio De Vido, también mantiene un estrecho puente con De Narváez (los malpensados dicen que también con Clarín, diario que nunca lo critica a pesar de que su área concentra las mayores sospechas de corrupción).
De Narváez lo dice explícitamente: el peronismo debe aglutinarse tras el conductor con mayor posibilidad de triunfo y esa unión debe incluir al kirchnerismo sin Kirchner, lo que tácitamente significaría un pacto de protección futura cuando los Kirchner dejen el gobierno.
Duhalde dice que en el peronismo hay un Día de la Lealtad porque los otros 364 días del año son de la traición. Duhalde también estaría negociando con kirchneristas.
De Reutemann lo último que se sabe es que su ex mujer, Mimicha Bobbio, publicó con fecha 18 de marzo de 2010 en su blog http://mimichabobbio.blogspot.com/2010/03/comunicado-urgente-desde-mi-residencia.html lo siguiente: “Directamente desde Europa hago saber al senador y a sus seguidores, en honor a la Verdad, a la cual defiendo como virtud primordial del SER, no aceptar más este juego inadmisible y solapado en el cual me veo envuelta. Si esto no finaliza, me encargaré de contar la Verdad, la cual por pudor y respeto he sabido callar. Con toda responsabilidad, saludo a mis queridos lectores. Mimicha Bobbio”.
¿La situación de su ex mujer sería una de las causas que desentusiasmaría a Reutemann?
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