La Señora de Olivos y Marcó del Pont, retrato de la incoherencia

domingo, 14 de marzo de 2010

Por Nidia G. Osimani Ibáñez


La hipotética lógica que rige los actos administrativos de la Sra. de Olivos frente al Poder Ejecutivo de la Nación, estos “desatinos permanentes” saltan a la vista casi todos los días y a una frecuencia mínima de dos veces por jornada.


En ese contexto, es posible advertir decenas de hechos y dichos provenientes de la mencionada Sra. que no guardan la mínima relación con la coherencia, la confrontación permanente contra fantasmas de la década de los ´70, la provocación en cada discurso en la aparente búsqueda de placer mediante la violencia verbal indiscriminada e innecesaria la mayoría de las veces.

Los gestos y actitudes adolescentes, la decisiones fundamentadas en caprichos, la venganza infaltable cuando alguien no está de acuerdo con alguno de sus berrinches, la destrucción de la economía nacional bajo el discurso de estar “a favor de los pobres”, la falsificación permanente de las estadísticas nacionales mientras trata de justificarlo en el marco de un “modelo” (que todavía nadie logra encontrar), el desconocimiento que ha demostrado varias veces en disciplinas como la geografía y la historia, dando clase al mejor estilo de maestra ciruela desde los atriles a los que gustaba hasta no hace mucho samarrear sus micrófonos (y cada tanto se le escapa).

El derroche de gastos en cada viaje para su excesiva y hasta excéntrica comodidad personal mientras frente a la tragedia natural en una provincia del Norte argentino producto de la deforestación habla casi como si se burlara de la pobre gente desposeída de todo de que la causa es la “pobreza estructural” (en tanto veta alegremente y por intereses económicos puntuales, leyes protectorias de nuestros recursos naturales), en fin, barbaridad tras barbaridad hasta llegar a la conclusión de que “gobernar es gastar” a su entender, lo que implica (siempre a su entender), todo el despilfarro necesario e innecesario para que ella y su marido puedan seguir perpetuándose en el poder aunque haya más miseria cada día.

No importa, Cristina se cree que ella está gobernando y que nadie la contradiga o deberá enfrentarse con una venganza segura y su frecuente mirada fulminante de odio, rencor y resentimiento, de manera mucho más directa cuando bamboleándose de lado a lado como quinceañera en pleno despliegue de vanidad sacude micrófonos, mira fijo las cámaras y lanzando llamas por los ojos esputa sus exabruptos en su habitual tono grave de voz.

Como se ve, la Sra. de Olivos está muy lejos de seguir una línea de coherencia, sin embargo, la titular del Banco Central Mercedes Marcó del Pont hizo referencia hace pocas horas a la “coherencia y la valentía que demuestra permanentemente" la presidente Cristina Kirchner.

A menos que Mercedes se refiera a ser coherente en la incoherencia, disculpen mi torpeza, pero otra posibilidad no veo.

Asimismo, del Pont, pidió “no retroceder ni un milímetro de la defensa de los ideales”, obviamente los de ella y de Cristina que nada tienen que ver con el 85 % de los del pueblo argentino de vivir y trabajar en paz, de que haya justicia, de que haya seguridad, de que haya educación y salud, de que no haya un gobierno dictactorial ni corrupto, y por sobre todo de que haya un gobierno “coherente”.

Dijo además “Cuando se sale a enfrentar el miedo, las psicopateadas y las descalificaciones, los sectores populares están de nuestro lado", evidenciando un desconocimiento absoluto de lo que la mayoría de la población piensa de este gobierno, a pesar de que lo hayamos dejado bastante claro en la última elección el 28 de junio pasado.

Habló también de “la fuerza y la consistencia" de las ideas que defiende, en fin, varios ítems, pero lo mejor que escuchamos fue, según Mercedes, que lo más interesante de todo este conflicto generado en torno al tema del uso de las reservas para pagar la deuda pública, “es haber introducido la cuestión de las reservas que no se generó el azar sino que son fruto del trabajo de los argentinos".

¿Qué parte del “no queremos pagar la deuda externa con plata de las reservas porque la consideramos ilegítima, irregularmente documentada y previo a todo hay que revisarla desde cero, no entendió la Lic. del Pont?

¿Qué parte del “ya nos dimos sobrada cuenta de todas las maniobras y falsificaciones que hicieron a modo de práctica de “contabilidad creativa” para generar esas reservas y sabemos por eso el irreversible perjuicio que ocasionaría al país que las utilicen para ese fin en este momento, no entendió la Lic. del Pont?

¿Qué parte de “la deuda externa es ilegítima” y es una aberración afirmar que debe ser pagada con el producto del trabajo de todos los argentinos, no entendió la Lic. del Pont?

Yo le propongo una idea:

¿Y si en lugar de robarnos las reservas con fines puramente políticos para satisfacer los intereses personales del matrimonio gobernante, la pagan con el producto del enriquecimiento ilícito de sus jefes y entorno beneficiado por el matrimonio?.

¿No le parece que eso sí resultaría una alternativa un poco más razonable, Lic. del Pont?. Al menos no estarían “saqueando” (además) el fruto del trabajo de todos los argentinos.

0 comentarios: