Néstor Kirchner instruyó a sus principales espadas legislativas para que aumenten la apuesta

viernes, 19 de marzo de 2010

Por Eduardo Tagliaferro

El kirchnerismo avanza sobre la oposición parlamentaria. Un día después de haber obtenido un fallo judicial favorable sobre la composición de la bicameral de los DNU, Néstor Kirchner instruyó a sus principales espadas legislativas para que aumenten la apuesta.

Tanto en la Cámara baja como en el Senado, los oficialistas dicen que “ahora no” les concederán a los opositores la presidencia de esa estratégica comisión, ofrecimiento que el miércoles por la noche el jefe del bloque K en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, todavía mantenía en pie.


La actual negativa se basa en un endeble argumento. Sostienen que, como la reincorporación de la tucumana Beatriz Rojkés de Alperovich fue decidida por la Justicia y no por los bloques de la oposición, ahora éstos tendrían que demostrar su buena fe, reformulando las comisiones de la Cámara alta en las que los hombres del partido de gobierno quedaron en minoría.

Los oficialistas reclaman tener mayoría en las comisiones de Asuntos Constitucionales, Acuerdos y Presupuesto. En una clara exhibición de fuerza, Pichetto subrayó ayer que “en los temas que vayan en contra de la agenda del Gobierno la oposición tendrá que conseguir el quórum y los 37 votos”.

En las tres comisiones consideradas “de gestión”, el Frente para la Victoria tiene seis de los quince integrantes. El kirchnerismo pide una revisión para poder sentar en ellas a siete senadores de su bloque más un aliado, una fórmula que le permitiría tener la mitad más uno de los integrantes.

Los más importantes legisladores del oficialismo recurrieron ayer a la figura del off the record para dejar trascender a los medios de comunicación lo que no les transmitieron personalmente a los jefes de los bloques opositores. El cambio de postura se concretó después de las instrucciones de Néstor Kirchner y de que las fisuras dentro del espacio de oposición se hicieran visibles en el escenario político.

Al mediodía, en la habitual reunión de Labor Parlamentaria, el radical Gerardo Morales había insistido en la importancia de “consensuar” una agenda que permita funcionar al Senado. Había sugerido que se confeccionara un temario que no produjera sobresaltos entre los dos grandes armados del cuerpo.

Preocupado por los costos políticos que significa la parálisis parlamentaria, Morales propuso soslayar el debate sobre el acuerdo de Mercedes Marcó del Pont como titular del BCRA y la coparticipación del impuesto al cheque. Y sugirió recuperar un dictamen del año pasado que prohíbe a los bancos cobrar por cada consulta y transferencia que los usuarios realicen mediante cajeros automáticos. En su análisis, la medida podría ser leída como una buena noticia para la población.

En ese encuentro, el radical hizo evidente el malestar con sus aliados del peronismo no kirchnerista. El día anterior, Pichetto les había aconsejado a los radicales que evitaran ser conducidos por Adolfo Rodríguez Saá.

También había dicho que en su apresuramiento la oposición le estaba haciendo cometer muchos errores al vicepresidente Julio Cobos.

Pichetto sabía dónde pegaba. Ni a él ni a ninguno de los conocedores de la interna radical les resultan desconocidas las críticas que está recibiendo Morales por la alianza con el Peronismo Federal.

“Nos aliamos con ellos para ganarle a Kirchner. Si con ellos no podemos ganarle, tenemos que revisar las cosas”, confió un senador radical de bajo perfil que participa activamente del funcionamiento de la bancada. No son pocos los que preocupan por el desgaste que está sufriendo la figura de Cobos en medio de la pelea que mantienen oficialistas y opositores.

En la reunión de Labor Parlamentaria que se concretó a media mañana de ayer, Morales defendió el frustrado acuerdo que intentó con Pichetto. En declaraciones radiales, incluso embistió contra el bonaerense Felipe Solá que lo había criticado por aquellas negociaciones.

En ellas se había contemplado mantener ocho oficialistas y ocho opositores en la bicameral. A cambio, el kirchnerismo cedía a los radicales la presidencia de la comisión y también el voto de desempate. Este acuerdo evitaba la judicialización del tema. El fallo judicial repuso esa composición.

Cuando Morales se aprestaba a reiniciar negociaciones con Pichetto, Néstor Kirchner volvió a cambiarle las reglas. El jujeño está en un laberinto sin salida. Se entusiasma con sesionar el jueves que viene. Difícilmente los senadores viajen hasta Buenos Aires después de un día feriado. Más si se trata de una sesión sin importancia.

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