Por Marcelo Bonelli
Las decisiones y actitudes del Gobierno desaprovechan, a juicio de los hombres de negocios, circunstancias favorables para el país en la actividad productiva y el frente externo.
Mercedes Marcó del Pont fue sincera al hablar en la soledad del despacho presidencial: " Yo estoy convencida de lo que hice y estoy dispuesta a defenderlo". Y agregó : "pero si no tomamos la iniciativa y evitamos una votación en contra, será difícil mantenerme en el cargo". Así, Marco del Pont se refería a las trabas legales y a la endeble base jurídica que tendría su firma como titular del BCRA si persiste la impugnación en el Senado. Cristina Fernandez de Kirchner la serenó: "vas a tener todo nuestro respaldo, para seguir al frente del Banco Central".
Ocurrió el miércoles a la noche en la Casa Rosada , al terminar el peor día político para el kirchnerismo: perdió el control del Parlamento y el Senado inició una acción para voltear - nada menos- que a la presidenta del BCRA. Marco del Pont venía de sentir la furia política de la oposición. La Comisión de Acuerdos le negó una postergación de su presentación y dictaminó directamente la destitución.
Así, fue víctima de la reacción que provocó el propio oficialismo: la oposición actuó certera, con la intención de infligir una manifiesta derrota política al kirchnerismo. En la UIA sostienen que los anuncios en la Asamblea Legislativa calentaron los ánimos de los senadores.
De esta manera sucedió algo que a comienzos de semana ya advirtieron informes secretos de Wall Street. Un "paper" del Barclays Bank alienta a comprar bonos argentinos por el compromio de pago que confirma los nuevos decretos "legalmente más prolijos" que el Fondo del Bicentenario. Pero su autor, el polémico Guillermo Mondino concluye: "el ruido político de esta movida podría generar una escalada y traería riesgos adicionales".
El informe de Goldman Sachs de Alberto Ramos también es concluyente. Ponderá la decisión de pagar la deuda, y advierte: "facilitar el dinero del BCRA demora el necesario ajuste de los gastos fiscales actualmente insostenibles, ayudando a mantener la inflación atrincherada en dos dígitos".
La dualidad de Wall Street se debe a un dato que conocen los bancos y no reflejan en los informes. Amado Boudou les habría anticipado que el Palacio de Hacienda saldría a cancelar en forma anticipada el vencimiento de los Boden 2012, con el dinero de las reservas. Se trata de un pago de 2.200 millones de dólares previsto para agosto, que el ministro proyectaba hacerlo en el otoño.
Pero ese plan es víctima de la propia impericia profesional del equipo económico. El pésimo desempeño de Boudou en la instrumentación del ex -FOBIC y su torpe intento de sacar a Martín Redrado abrió una crisis que erosiona a todo el gobierno y cuya magnitud final aún se desconoce.
Hace 60 días que el gobierno genera incertidumbre y eso permitió que la oposición retomara la iniciativa política. Ni siquiera pudo capitalizar la Casa Rosada la mejora de la actividad productiva.
En lugar de reconocer errores, Boudou se refugió en superficiales acusaciones de complots internos. Incluso en esos diálogos, cuestionó supuestas operaciones en su contra de funcionarios vinculados al ex presidente Nestor Kirchner.
Acusa al secretario de Hacienda Carlos Pezzoa de comunicarle a banqueros internacionales que Boudou no es un interlocutor confiable. Enfrascado en esas contradicciones y por ausencia de un plan financiero, Boudou no aprovecha a favor de la Argentina los efectos de la crisis financiera internacional. Entre otros, los excelentes parámetros de endeudamiento frente a el desborde de Europa y la decisión de la Comunidad Europea de no permitir que el FMI intervenga en Grecia.
En otras palabras: eso abriría ventajosas formas de negociación internacional y hasta la posibilidad de eludir al FMI en el acuerdo del Club de Paris. Por eso la crisis política fue seguida minuto a minuto por el movimiento empresario. En la Asociación Empresaria decidieron no hablar y el silencio es el denominador común en la cúpula de la Unión Industrial.
El único gesto público de la central fabril fue darle un respaldo a la Presidenta del BCRA: Ignacio De Mendiguren la llamó el miércoles y le trasmitió el aval de los industriales para que continúe en funciones.
También decidieron ser permeables a escuchar pedidos de funcionarios. Julio De Vido, Debora Giorgi y hasta Guillermo Moreno sondearon, sin éxito por ahora, la posibilidad de que las asociaciones empresarias salgan a avalar las polémicas decisiones de la Casa Rosada. En los encuentros privados, los hombres de negocios evaluaron en forma descarnada lo que ocurre. Temen que estos episodios sean el inicio de un proceso muy negativo para la Argentina. En esas frontales reuniones concluyeron:
-Que Argentina enfrenta un grave proceso institucional, que licuó parte del poder kirchnerista.
-Que ese deterioro es fruto de errores políticos e instrumentales del propio gobierno. Comparten que la oposición fije límites a la Casa Rosada, pero temen que su excesivo protagonismo provoque un serio problema de gobernabilidad que complique la economía.
-Admiten que existe una buena reacción productiva, pero dicen que la incertidumbre política puede afectar el nivel del crecimiento. Ven mucha irracionalidad en la clase política y quieren apuntalar un proceso de diálogo para buscar una solución a la crisis.
A partir de este crudo diagnóstico, los hombres de negocios pretenden evitar un desequilibrio mayor que afecte seriamente sus negocios. En la UIA sólo dudan de una cuestión : si la cordura, le podrá ganar - por una vez - a la voluntad de colisión política de la clase dirigente argentina.
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