Dos Argentinas Antagónicas

martes, 2 de marzo de 2010

Por Alfredo Leuco

Es verdad que hay dos países. El del discurso de la presidenta y el de los hechos. El de las palabras y el de la realidad. Por un lado está lo que Cristina Kirchner dice y por el otro lo que Cristina Kirchner hace. Son dos Argentinas antagónicas.


La presidenta ayer convocó a los partidos a enfrentar las corporaciones económicas y a revalorizar el trabajo parlamentario y simultáneamente, en forma secreta y casi clandestina se estaba desarrollando un operativo para transferir los fondos del Banco Central al tesoro.

En un ejercicio pocas veces visto de simulación y engaño la presidenta reclamaba colaboración patriótica y ofrecía otro decretazo irrespetuoso de la división de poderes y ninguneaba al Congreso. Pedía abrazos y ofrecía cachetadas. Pedía comprensión y ofrecía trampas. Pedía instituciones y ofrecía zancadillas.

Esa actitud de ayer potenció la crisis política. Con prepotencia se llevaron puestas las formas y las normas. Y sobre todo terminó de quebrar la confianza mutua que debe existir en un país para que el gobierno y la oposición puedan llegar a acuerdos sobre temas de estado y a expresar sus diferencias dentro de las reglas del juego y no entre gallos y medianoche. O entre boletines impresos insólitamente por la tarde.

No importa el detalle formal. Que si el artículo tal o el inciso cual. Importa que una vez mas los Kirchner demostraron su vocación por redoblar la apuesta y por lograr por violación lo que podían conseguir por seducción.

¿Se imaginan como hubiera cambiado el clima del país si la presidenta anunciaba que derogaba el DNU del Fondo del Bicentenario y que enviaba un proyecto de ley para debatir? La verdad es que es muy razonable y positiva la idea de pagar deuda para que los estados provinciales puedan pedir préstamos al 5% y no al 15% como ocurre ahora. Eso es bueno para todos los argentinos. Lo cuestionable es la manera en que lo hacen.

Con la política del hecho consumado que se transforma en un camión que te pasa por encima. Si te gusta bien y si no también. Se podría parafrasear a Sarmiento y decir: “¡Bárbaros, las reservas no se manotean!”

Esa defraudación de la confianza, esta estafa como dijo el diputado Felipe Solá, ese faltar a la palabra empeñada, esa falta de respeto por los compromisos llena de explosivos el camino de la convivencia pacífica entre los partidos. Potencia los enfrentamientos. Encienden la bronca y el odio.

Deja afuera al Congreso que está integrado por los representantes del pueblo y las provincias. Se burla de los diputados y los senadores y los condena al congelamiento glaciar y patagónico. Habilita denuncias penales que los integrantes del directorio del Banco Central van a tener que enfrentar.

Así no se construye más y mejores instituciones democráticas. Así entramos en la pelea permanente. El engaño como presunta picardía o avivada cierra puertas. Decir algo y hacer lo contrario construye esos dos países.

El país real de los hechos y la fantasía de Cristina que no es Alicia pero vive en el país de las maravillas. En la práctica cotidiana, en cualquier barrio y situación de convivencia, la hipocresía es el mas letal de los venenos.

Si la presidenta pide una mano pero ofrece un puño es una provocación intolerable. Es lo que en lenguaje coloquial se llama una puñalada por la espalda.

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